Nadie está a salvo, y no lo digo porque Cristina Cifuentes no merezca escarnio por el máster y sus explicaciones. Pero de eso, a meter el ventilador como nunca había ocurrido, sobre la vida de una persona no es de recibo. Arruinar la vida del rival político utilizando cualquier arma, no vale. Porque estaremos de acuerdo, la vida pública de Cristina Cifuentes está acabada, y digo vida pública y no política, que también. Salir a la calle puede suponer para la ya ex presidenta una tortura a partir de ahora, por las mofas, burlas o sospechas que va a despertar a su paso. Honestamente nadie merece eso.
La clase política y empresarial de este país ha perdido la decencia y la credibilidad. No creo que exista ni un solo político que en el fondo no esté asustado por lo que ha pasado, ni partido político que no ponga en marcha rápidamente un gabinete que investigue uno por uno a sus candidatos para “velar” por la tranquilidad de la organización, y evitar posteriores sustos.
Hace exactamente un mes, nos echábamos las manos a la cabeza por la actuación de Cristina Cifuentes y su mala gestión del “caso máster”. Y Ahora, ante la defensa numantina de su cargo pese a quien pese y caiga quien caiga, quedan en el aire dos preguntas cuya respuesta es una amenaza real a la democracia de este país.
Por un lado, podemos preguntarnos si efectivamente han sido Granados o González , su entorno y algunos implicados en el caso Púnica (y algunos otros casos que acabarán saliendo), los que han llevado a cabo una “vendetta” al más puro estilo siciliano, hasta verla hundida y acabada como publica elconfidencial. Será que Cifuentes ha querido cambiar de bando en mitad de la partida y los jugadores de su anterior equipo (el pp más rancio y oscuro) no lo han permitido.
Peor aún, será que Mariano Rajoy y su equipo de “fontaneros” no podía permitir que Madrid cayese en manos del socialista Ángel Gabilondo, porque este sería el principio del fin para el líder popular, una vez perdida la Comunidad donde más regalías podía ofrecer a sus fieles. Habrá caído Cifuentes a manos de sus propios compañeros, que habrán “filtrado” el escándalo para que dimitiese de su cargo sí o sí.
Como reflexión final, dejo en el aire un hecho gravísimo: alguien ha utilizado un video que no existe legalmente, que debería haber sido eliminado (por ley), para escarnio público de una persona. Cuidado que puede haber muchos vídeos de Eroski, Mercadona, El Corte Inglés, e incluso de Galerías Preciados (para los más antiguos) mostrando cómo alguno en un momento de debilidad o enfermedad afanaba un bolígrafo. Al final no nos vamos a reir, pero estaremos entretenidos porque la cacería ha comenzado.
En cualquier caso, a partir de ahora, Cristina (o pongan el nombre que quieran), dimite o te dimitimos.
Si (
No(
