Josep Borrell, ex alto representante de la UE, ha señalado que la Unión ha perdido su relevancia como actor geoestratégico debido a divisiones internas y falta de credibilidad. Criticó la respuesta europea ante el conflicto en Gaza, considerándola una ruina moral. Además, destacó que Europa enfrenta desafíos en seguridad, tecnología y demografía, lo que compromete su posición en un mundo dominado por Estados Unidos y China.
Josep Borrell, ex alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, ha manifestado en una reciente conferencia que la Unión Europea (UE) ha perdido su relevancia como actor geoestratégico en el ámbito mundial. Durante su intervención en el curso de verano de la Universidad Complutense de Madrid, Borrell subrayó que la división interna dentro de la UE ha afectado gravemente su capacidad para apoyar a Ucrania frente a la invasión rusa.
Borrell argumenta que esta fractura se ha traducido en una pérdida de credibilidad y en problemas significativos relacionados con la tecnología, seguridad y demografía. En su opinión, **la situación actual en Gaza representa un ejemplo claro de esta ruina moral**. Según él, los ataques israelíes han sido recibidos con una respuesta mayoritaria favorable por parte de los países europeos, lo que contrasta con el apoyo unánime hacia Ucrania.
El ex alto representante destacó que uno de sus pocos logros fue obtener apoyo unánime para armar a Ucrania, aunque reconoció que **la ayuda llegó con lentitud**. Afirmó que el éxito inicial del ejército ucraniano para frenar el avance ruso se debió más a sus propias capacidades y al respaldo militar proporcionado por Estados Unidos, Canadá y Reino Unido, antes que a cualquier acción efectiva de la UE.
Borrell también advirtió sobre las intenciones de Vladimir Putin, afirmando que su objetivo no es simplemente anexionar parte del territorio ucraniano, sino cambiar *el régimen político* del país. Asimismo, expresó su preocupación por el futuro del conflicto si Estados Unidos decide reducir su apoyo financiero a Ucrania.
En relación al conflicto en Gaza, Borrell criticó duramente la postura adoptada por Europa. **A pesar de enviar ayuda humanitaria**, esta ha sido bloqueada por Israel, quien utiliza *el hambre como arma de guerra*. El político español enfatizó que Europa ha perdido toda credibilidad al no defender los derechos humanos en este contexto, convirtiéndose así en cómplice de acciones genocidas.
Borrell reveló datos alarmantes sobre las consecuencias del ataque israelí: hasta 60.000 muertos, incluyendo un gran número de mujeres y niños. Además, describió cómo cientos de camiones con ayuda humanitaria han sido rechazados en las fronteras por considerarse “productos de lujo”. Su relato incluyó escenas desgarradoras donde los palestinos son asesinados mientras intentan acceder a alimentos básicos.
El ex alto representante concluyó que estos acontecimientos evidencian la insignificancia de Europa como potencia en materia de seguridad. La incapacidad para actuar ante conflictos internacionales pone de manifiesto una profunda crisis dentro del continente. Borrell mencionó ejemplos recientes donde Europa no pudo intervenir efectivamente ante agresiones como las sufridas por Armenia o las interrupciones del tráfico marítimo en el Mar Rojo.
A medida que se desarrolla un nuevo orden mundial dominado por dos grandes polos —Estados Unidos y China—, Borrell advirtió sobre la fragmentación ideológica del Occidente. Aseguró que **Europa enfrenta cuatro desafíos cruciales**: seguridad, credibilidad, tecnología y demografía, factores que contribuyen a su declive como actor global relevante.