Investigadores de Freie Universität Berlín y la Universidad de York estudian cómo los agricultores neolíticos gestionaban sus desechos, buscando entender su relación con el reciclaje y la responsabilidad sobre la basura.
Un equipo de arqueólogos de la Freie Universität Berlin y la Universidad de York ha lanzado un ambicioso proyecto para investigar cómo los residuos neolíticos pueden ofrecer claves sobre la adaptación de los primeros agricultores europeos a la vida en asentamientos. Este estudio, titulado “RENEW – De Residuos a Recursos: Paisajes de Cerámica y Huesos en el Neolítico Temprano de Europa”, recibirá casi un millón de euros en financiación por parte de la German Research Foundation (DFG) y el Arts and Humanities Research Council (AHRC) del Reino Unido durante los próximos tres años.
El equipo, que incluye investigadores de diversas instituciones asociadas en países como Austria, Polonia, Rumanía, Serbia y Eslovaquia, se propone profundizar en el papel que desempeñaron los desechos en la vida cotidiana de estas comunidades. Aunque hoy en día encontramos restos de cerámica rota, huesos animales y sobras cotidianas, su significado y función aún son objeto de debate entre los expertos.
La profesora Henny Piezonka, del Instituto de Arqueología Prehistórica en Freie Universität Berlin, plantea una interesante cuestión: “Hoy vemos la basura como un problema, pero ¿lo veían así también los primeros agricultores?”. El objetivo es explorar más a fondo esta pregunta y comprender tanto los desafíos como las oportunidades que presentaba tener residuos al alcance del hogar.
A partir de hace unos 8,000 años, las comunidades europeas comenzaron a cultivar y a establecerse por períodos prolongados. Esta nueva forma de vida generó una acumulación sin precedentes de objetos y desechos. A diferencia de sus antepasados cazadores-recolectores que llevaban vidas nómadas, estos primeros agricultores no podían simplemente alejarse cuando su basura se acumulaba. En cambio, optaron por enterrar sus desechos en fosas cercanas a sus hogares.
La profesora Penny Bickle, del Departamento de Arqueología de la Universidad de York, añade: “Mantener la basura cerca del hogar podría sugerir un sentido de responsabilidad. Tal vez sentían que debían hacerse cargo de sus desechos dentro del entorno familiar”. Este enfoque contrasta con las prácticas modernas donde se tiende a delegar la gestión de residuos a terceros.
El proyecto tiene el potencial no solo para enriquecer nuestra comprensión sobre sitios arqueológicos antiguos, sino también para inspirar nuevas formas de abordar el problema contemporáneo del desperdicio. Utilizando técnicas analíticas avanzadas desarrolladas por el investigador Dr. Bruno Vindrola-Padrós, ya se ha identificado que algunos objetos cerámicos fueron reutilizados. Esto indica que existían formas tempranas de reciclaje adaptadas a las necesidades locales.
A medida que profundizan en este estudio, los investigadores buscarán entender cómo estas comunidades gestionaban sus crecientes montones de desechos, centrándose principalmente en materiales duraderos como la cerámica y huesos animales. La investigación abarcará cuatro sitios arqueológicos desde los Balcanes hasta la costa báltica, utilizando herramientas científicas y digitales para reconstruir las “historias vitales” de los objetos desechados.
A través del análisis detallado, esperan descubrir cómo estos elementos fueron utilizados, reutilizados y finalmente abandonados, proporcionando así una visión más completa sobre las dinámicas sociales y ambientales del pasado.