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Los niños ya no quieren ser científicos

Por Laura T. Martínez
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lauraiymagazinees/5/5/16
viernes 13 de marzo de 2015, 01:09h
Según datos del ministerio de Educación, disminuye de forma significativa el número de estudiantes en la rama de Ciencias con una tasa de variación decenal del -25,3% lo que significa que esta rama en los últimos cuatro años ha perdido uno de cada cuatro estudiantes. Si nos fijamos en lo que ocurre con las escuelas de ingeniería y arquitectura observamos que la tasa de variación decenal del -23,3. Es llamativo que siendo la rama de ciencias la más activa en términos de investigación y desarrollo, sea la que consigue atraer cada vez menos vocaciones.
Los niños ya no quieren ser científicos


Las ciencias suelen ser el tipo de asignatura “hueso” que muchos alumnos encuentran aburrida y por la que algunos sienten incluso aversión. Sin embargo, es un temario básico para el desarrollo intelectual del niño y fundamental en su educación escolar. Por este motivo, mejorar su comprensión y hacerla más atractiva para los estudiantes es muy importante y no parece tarea fácil.

En Oak House School han desarrollado una metodología para fomentar el gusto por las ciencias que viene produciendo excelentes resultados. En los últimos años la media de alumnos que se decantan por carreras de ciencias ha sido del 65%.

Según explican desde el centro, una de las bases para el éxito es plantear estas asignaturas con casos de la vida cotidiana, en un contexto donde el alumno participa de forma activa, huyendo así de las antiguas clases magistrales.

“Podría empezar explicando que no utilizamos libros para las clases de matemáticas en secundaria” comenta Abraham de la Fuente, profesor del centro. El docente explica que los materiales los desarrollan y customizan los profesores del colegio creando sinergias con otras asignaturas, como la música. En 2º de la ESO, por ejemplo, se traslada el álgebra a un contexto musical en el que las melodías se transforman en patrones matemáticos y los ejes de coordenadas en el tiempo y el tono. Así, los alumnos y alumnas pueden saber, entre otras cosas, cómo “suena” una recta o en qué influye musicalmente un cambio de su pendiente. De esta forma los alumnos aprenden cómo las matemáticas se interrelacionan con otras disciplinas, como en este caso, el arte. Otro ejemplo son las clases de laboratorio, donde hacen ejercicios emulando al CSI (policía científica) y simulando resolver casos criminales o bien, las actividades del club de ciencias donde grupos de 2 o 3 alumnos aprenden a investigar elementos con los que nos encontramos todos los días, como es el caso de las bebidas carbonatadas y la relación con el aspartamo.

También contribuyen los programas de ecología y sostenibilidad, fomentando no sólo al gusto por las ciencias sino introduciendo a los alumnos en una ética de sostenibilidad. En este sentido, el colegio ha recibido el premio de plata de Eco Schools, un programa internacional que se imparte en las escuelas, donde aprenden técnicas de reciclaje y ahorro energético, que pueden aplicar en su día a día.

Estas iniciativas internas se combinan con la participación en programas interescolares, destinados a fomentar la excelencia y el gusto por la ciencia, es el caso de “Bojos per la Ciencia” un programa de La Caixa que cada año acoge a 25 alumnos de bachillerato y los sumerge en actividades científicas poniendo a su disposición materiales e instalaciones de alto nivel.

Otro ejemplo es “Crazy About Biomedicine”, un programa organizado por el Institute for Research in Biomedicine en colaboración con la Fundacion Catalunya-La Pedrera, que permite ampliar lo que se aprende en el currículum de biología de bachillerato. Sara Bardají, alumna seleccionada para participar en el programa 2015 comenta: “te da la oportunidad de ampliar tu conocimiento sobre aquellos temas en los que, por cuestión de tiempo, no se llega a profundizar tanto en clase”, a lo que añade “además, te ofrecen poder entrar en contacto con laboratorios en los que se estudian todo tipo de temas relevantes en nuestra vida”.

Por último, otra de las actividades que se realizan en torno a la ciencia, es el symposium de biología que se celebra hoy. El simposio está organizado por los alumnos de bachillerato de OAK por segundo año consecutivo. El congreso cuenta con ponentes de gran interés como el Dr. Pérez, del hospital Germans Trias i Pujol, que hablará sobre biología y medicina o el Dr. Monés, director del Instituto de Mácula y de la Retina que aportará información sobre las células madre. De forma paralela, los alumnos hacen prácticas de disección de órganos, talleres de elaboración de jabones y prácticas sobre los métodos para encontrar qué llevan ciertos alimentos mediante reacciones químicas.
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