Consejos para diseñar tarjetas de visita

Elegir el formato

El tamaño estándar usualmente elegido es el de 85x55 milímetros, un formato horizontal. Sin embargo, cada vez más, las empresas apuestan por las llamadas mini-cards que oscilan entre los 70-30 milímetros. No obstante, existen multitud de formas originales de diversos tamaños dependiendo de cuál vaya a ser su función concreta. Por ejemplo, es posible elegir tarjetas de visita plegables que permiten una mayor creatividad en sus cuatro páginas. Un formato innovador perfecto para captar la atención de la audiencia.

Seleccionar los datos

Una tarjeta de visita debe ser atractiva a simple vista, territorio controlado por los diseñadores. No obstante, cuando a la aparición de datos se refiere es imprescindible pensar con calma cuáles serán los más indispensables e interesantes de cara al público. Una tarjeta saturada de datos inconexos y sin orden aparente ofrecerá una nefasta impresión de la marca. Lo ideal es introducir los datos personales, el número de contacto y el nombre de la marca así como la dirección física del establecimiento, si este no fuese online.

Decidir la tipografía y el tamaño

Dado que la tarjeta incluirá importantes datos acerca de la empresa y el profesional, es conveniente elegir una tipografía adecuada que mantenga el estilo marcado en el diseño final. Lo idóneo es utilizar una fuente sencilla y clara, con un tamaño coherente con el formato de la tarjeta. Nunca se deben sobrepasar el uso de dos tipos diferentes de letras, pues de esa forma se tiene la seguridad de que estas funcionarán a largo plazo. Aunque cada fuente tiene características propias, se recomienda que la tipografía no sea ni demasiado grande ni demasiado pequeña. El tamaño perfecto es aquel que permite una lectura cómoda.

Incluir marca corporativa

Este quizás sea el elemento más importante de toda la tarjeta de visita, aquel que hará recordar la empresa. La marca o logo corporativa es el sello distintivo de toda empresa y, por tanto, deberá estar reflejada en la tarjeta, destacando sobre el resto de elementos. Es imprescindible que el logo de la empresa se encuentre plasmado con todos sus componentes gráficos, paletas de colores y tipografía. De esa forma, se transmitirá la correcta identidad de la empresa. Sin embargo, es recomendable no colocarla en el centro de la tarjeta.

Elaborar el diseño adecuado

Aunque parezca complicado plasmar toda la información necesaria de la marca en ese pequeño trozo de papel, la elección de un buen diseñador puede marcar la diferencia. Una vez seleccionados los datos, la tipografía y la marca corporativa es hora de juntarse con el diseñador gráfico para decidir cuál será el mejor diseño. Para ello, es conveniente recordar que los colores elegidos deben combinar entre ellos para no ofrecer un resultado caótico. El diseño tiene que ser claro y atrayente con el objetivo final de ser recordada.