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Raquel Lacuesta y Franks González-Landero
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Raquel Lacuesta y Franks González-Landero

Un armario inteligente que detecta pérdidas de memoria

lunes 29 de julio de 2019, 14:00h
Cuántas veces sucede ir a coger algo y no recordar qué era o pensar “dónde habré puesto tal cosa”? Según la Sociedad Española de Neurología, cada año se diagnostican más de 40.000 casos de Alzhéimer al año. Sin embargo, muchos pasan desapercibidos porque no se presta atención a síntomas como el de ir a buscar algo al armario y no recordar qué era.
Ahora, el registro de estas pequeñas lagunas puede convertirse en una herramienta fundamental con aplicaciones biomédicas. De hecho, Raquel Lacuesta Gilaberte, del Departamento de Informática e Ingeniería de Sistemas de la Universidad de Zaragoza, y el estudiante de doctorado Franks González-Landero han participado en el diseño del primer armario inteligente, capaz de detectar desde pequeños olvidos, pérdidas de memoria inusuales hasta medir la evolución de la memoria de una persona con la enfermedad de Alzhéimer.
La manera en la que un usuario abre y cierra la puerta permite a un armario de cocina inteligente medir su capacidad de memoria y detectar sus posibles pérdidas, según han demostrado las últimas pruebas publicadas en Sensorsde una investigación internacional, liderada por la Universidad Complutense de Madrid (UCM).
En concreto, los científicos han desarrollado un armario inteligente de cocina, con sensores magnéticos que instalan en las puertas del mueble y registran cuándo se abren y cierran. Estos movimientos están conectados con una placa de procesamiento (Raspberri Pi 3B) y un programa informático mide la manera en la que se llevan a cabo.
"En un futuro próximo no será necesario que informemos de cómo nos encontramos. La inteligencia que nos rodeará se encargará de analizar nuestro estado físico y anímico, para contribuir a mejorar nuestra calidad de vida”, apunta la ingeniera informática Raquel Lacuesta, profesora doctora de la Escuela Universitaria Politécnica de Teruel.
El estudio ha sido desarrollado y evaluado por la Universidad de Zaragoza. El doctorando Franks González-Landero actualmente está realizando su investigación en la Universidad de Zaragoza, dentro del Departamento de Informática e Ingeniería de Sistemas. Su tesis está siendo dirigida por los profesores Iván García Magariño, de la UCM, y Raquel Lacuesta, de la Universidad de Zaragoza.
Franks González-Landero ha sido el encargado de desarrollar, evaluar y validar el armario inteligente, implementado en su residencia actual en Teruel. Gracias a los sensores implantados se han podido recoger los datos de los usuarios.
Los resultados obtenidos han sido validados demostrando que dentro del mundo conectado de “Internet of Things”, los armarios inteligentes ayudarán a analizar y detectar posibles pérdidas de memoria en la población. Gracias a una detección temprana se podrá adelantar la intervención y el tratamiento de posibles enfermedades neurogenerativas y/o diseñar sistemas que ayuden a estas personas en la búsqueda de los elementos necesarios en la vida diaria, mejorando su calidad de vida.
“La base para medir la memoria consiste en localizar el hecho de que el usuario abre las puertas de manera muy seguida una detrás de otra porque no encuentra lo que busca. El armario mide el porcentaje de veces que le ocurre esto al usuario y así estima su capacidad de memoria, añade Iván García-Magariño, investigador del departamento de Ingeniería del Software e Inteligencia Artificial de la UCM.
Más aplicaciones en desarrollo
Para validar estos dispositivos se realizaron pruebas en 23 sujetos de un rango de edad entre 18 y 60 años a los que se les pidió recordar dónde estaba situada una veintena de objetos que habían visto previamente en tres compartimentos del armario.
Junto a esta actividad, se llevó a cabo un test de caras y nombres validado internacionalmente. “La correlación entre las medidas de nuestro armario y las medidas del test validado eran estadísticamente significativos. Por tanto, concluimos que nuestro armario era capaz de memoria de acuerdo con los experimentos realizados”, asegura el experto de la UCM.
A la espera de desarrollar otras aplicaciones como la lectura de emociones o de estados nutricionales, el plan es comercializar el producto cuando todas las funcionalidades en su conjunto sean lo suficiente valiosas como para que los potenciales clientes estén dispuestos a comprarlo.
Además de la Universidad de Zaragoza y la Complutense de Madrid, en el desarrollo de este armario participan la Universidad de Harvard, el Hospital General de Massachusetts y la empresa aragonesa Edison Desarrollos.
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