Investigadores de la UCAM combinan un fármaco antitumoral con glimepirida, un medicamento para la diabetes, para superar la resistencia al tratamiento del cáncer de mama, mejorando su eficacia y seguridad.
El cáncer de mama representa un desafío significativo, afectando anualmente a más de 2 millones de mujeres en todo el mundo. Una de las complicaciones más preocupantes es la resistencia a tratamientos como la quimioterapia y la inmunoterapia. Este fenómeno, conocido como resistencia a múltiples fármacos (MDR), ocurre cuando las células tumorales desarrollan proteínas que expulsan los medicamentos, dificultando su efectividad.
Un equipo de investigación liderado por Horacio Pérez-Sánchez en la Universidad Católica de Murcia (UCAM) y Mateusz Tomczyk de la Universidad Tecnológica de Silesia (Polonia) ha estado explorando una solución innovadora. Su estudio se centra en la combinación de un fármaco anticancerígeno, la doxorrubicina, con glimepirida, un medicamento utilizado comúnmente para tratar la diabetes.
La doxorrubicina es conocida por su capacidad para eliminar células cancerosas; sin embargo, también puede causar daños en tejidos sanos, lo que conlleva efectos secundarios severos. Estos efectos adversos a menudo obligan a los médicos a reducir las dosis o incluso interrumpir el tratamiento. Para abordar estas limitaciones, los investigadores han incorporado glimepirida con el objetivo de mantener la doxorrubicina dentro del tumor y así potenciar su efecto antitumoral.
En ensayos realizados con ratones que padecían cáncer de mama, esta combinación demostró ser prometedora: aumentó significativamente la concentración del fármaco dentro del tumor y mejoró su eficacia, logrando una reducción del volumen tumoral en un 35% más que cuando se administraba solo doxorrubicina. A diferencia de otras estrategias más experimentales o costosas, este enfoque utiliza medicamentos ya conocidos y accesibles, lo que lo convierte en una opción viable y con gran potencial para su aplicación clínica.
"Al reutilizar la glimepirida como inhibidor de las bombas MDR, aprovechamos su perfil de seguridad ya conocido para potenciar la acción de los fármacos anticancerígenos justo donde más se necesita", afirma Horacio Pérez desde la UCAM. Esta afirmación resalta no solo la innovación detrás del estudio sino también su enfoque práctico hacia un problema crítico en oncología.
Con una patente ya obtenida para esta combinación dual de fármacos, el equipo está buscando ahora colaboradores clínicos para iniciar los primeros ensayos en humanos. Si estos ensayos resultan exitosos, esta estrategia podría ofrecer una opción terapéutica más eficaz para miles de pacientes que enfrentan cáncer de mama avanzado y resistente a tratamientos convencionales.