Jacqueline Broadhead, experta en migración, propone mejorar la integración de los recién llegados al Reino Unido mediante un enfoque más estratégico y menos reactivo en el apoyo comunitario.
Jacqueline Broadhead, directora del Global Exchange on Migration and Diversity en el Centro de Migración, Política y Sociedad (COMPAS) de la Universidad de Oxford, ha abordado cómo hacer más efectiva la inversión del Reino Unido en el apoyo a los recién llegados. En su análisis, destaca que el país ha invertido más de **20 mil millones de libras** en los últimos diez años para facilitar la integración y cohesión comunitaria de aquellos que llegan al Reino Unido.
Este esfuerzo, aunque significativo, ha estado fragmentado a través de 26 fuentes de financiación distintas y carece de un objetivo claro, siendo predominantemente reactivo y basado en crisis. La atención prestada a la llegada y decisión sobre el estatus migratorio es considerablemente mayor que la dedicada a la integración y cohesión comunitaria posterior.
A pesar de que las cuestiones migratorias suelen transformarse rápidamente en interrogantes sobre integración o acogida, muchas veces se ignoran aspectos cruciales como: ¿cómo convivimos adecuadamente? ¿Cómo garantizamos un acceso justo a servicios públicos? ¿Cuál es el impacto en nuestra identidad y sentido de pertenencia?
Estos son interrogantes serios con consecuencias significativas. Por ejemplo, tras episodios de violencia inaceptable durante el verano de 2024, surgieron temores entre comunidades recién llegadas y preocupaciones sobre la cohesión social. Sin embargo, es importante señalar que cerca del **70%** de los habitantes de Inglaterra afirman llevarse bien con vecinos de diferentes orígenes.
Aunque el Reino Unido ocupa posiciones destacadas en estudios sobre actitudes hacia la inmigración e integración, no siempre hay evidencia clara del compromiso del gobierno central. Desde 2018 no se ha presentado una estrategia integral para la integración, lo que limita las iniciativas efectivas.
A pesar de esto, el gasto en este ámbito sigue siendo elevado. El Reino Unido presenta costos significativamente mayores para apoyar a solicitantes de asilo y refugiados en comparación con otros países occidentales. Este alto costo no se debe a un entorno inherentemente más caro para llevar a cabo estas labores, sino a una mala asignación de recursos.
El informe propone soluciones alineadas con un enfoque basado en objetivos claros que pueden ser implementados por el gobierno. Es esencial que las autoridades locales asuman un papel protagónico en liderar iniciativas que fomenten la cohesión social y aborden tensiones relacionadas con el acceso a servicios públicos.
Además, se están dando pasos hacia un modelo más colaborativo donde se minimice la burocracia asociada al financiamiento para proyectos locales. Esto incluye esfuerzos por unir equipos separados que apoyan a diferentes grupos como los afganos o ucranianos.
La buena noticia es que acoger efectivamente a los recién llegados puede generar beneficios económicos significativos. Se estima que una migración neta de **350,000 personas** podría reducir el endeudamiento del Reino Unido en **7.4 mil millones** de libras para 2028-29.
Por lo tanto, aunque las políticas migratorias implican compromisos difíciles, una gestión adecuada puede ayudar a mitigar estos desafíos y asegurar que el crecimiento económico no comprometa demasiado los recursos disponibles para servicios esenciales como atención médica o educación.
El Reino Unido actualmente carece de una estrategia clara para dar la bienvenida a los nuevos llegados. Una política adecuada permitiría empoderar más a las comunidades locales y garantizar inversiones sostenidas en servicios públicos y espacios comunitarios compartidos. La experiencia acumulada en Escocia, Gales e Irlanda del Norte podría servir como modelo para mejorar las prácticas actuales.