Salud

Innovadora tecnología de MIT permite almacenar biomoléculas a temperatura ambiente

biotecnología MIT

José Enrique González | Viernes 12 de septiembre de 2025

Cache DNA, una empresa derivada del MIT, ha desarrollado tecnologías para almacenar biomoléculas a temperatura ambiente, eliminando la dependencia de los congeladores y facilitando el transporte y almacenamiento de muestras biológicas.



La industria de las ciencias de la vida ha dependido históricamente de los congeladores para el almacenamiento y transporte de muestras biológicas, medicamentos y otros productos biológicos. Sin embargo, esta dependencia se volvió crítica durante la pandemia de Covid-19, cuando se desechó una gran cantidad de vacunas debido a que se descongelaron durante su traslado. En un contexto donde la medicina de precisión es cada vez más relevante, incluso un pequeño fallo en la cadena de frío puede resultar devastador, poniendo en riesgo tratamientos vitales.

En este escenario, Cache DNA, una empresa derivada del MIT, busca revolucionar el almacenamiento de biomoléculas al permitir su conservación a temperatura ambiente. Los fundadores de la compañía han desarrollado tecnologías que prometen hacer que el almacenamiento y transporte de muestras sea más económico y confiable.

Desafiando el paradigma del almacenamiento biológico

James Banal, cofundador de Cache DNA y exinvestigador postdoctoral en el MIT, expresa: “Queremos desafiar el paradigma. La biotecnología ha dependido de la cadena fría durante más de 50 años. ¿Por qué no ha cambiado eso?”. Con los costos de secuenciación del ADN disminuyendo drásticamente —de 3 mil millones para el primer genoma humano a menos de 200 dólares hoy—, el almacenamiento y transporte se han convertido en los principales cuellos de botella.

Banal y su socio, el profesor Mark Bathe del MIT, están convencidos de que su tecnología tiene el potencial no solo para preservar ADN sino también para abrir nuevas vías en la investigación médica al facilitar el acceso a muestras biológicas a científicos alrededor del mundo.

Innovaciones inspiradas en la naturaleza

Banal llegó al MIT desde Australia con un enfoque en nanotecnología del ADN y sus interacciones con campos como la computación cuántica. Junto a Bathe, desarrollaron un sistema innovador que almacena datos basados en ADN dentro de pequeñas partículas de vidrio. En 2021 fundaron Cache DNA y aseguraron los derechos sobre su propiedad intelectual mediante colaboración con la Oficina de Licencias Tecnológicas del MIT.

Sin embargo, fue una conversación casual sobre polímeros reciclables lo que llevó a una nueva dirección. El profesor Jeremiah Johnson sugirió que los polímeros similares al ámbar podrían mejorar la fiabilidad del almacenamiento. Esta idea resonó con Banal, quien había experimentado las limitaciones del almacenamiento tradicional en congeladores.

Un avance hacia la salud personalizada

El año pasado, Cache DNA distribuyó más de 100 kits alfa para preservación de ADN a investigadores globalmente. “No les dijimos cómo usarlo y nos sorprendieron las aplicaciones”, comenta Banal. Desde recolección de muestras en campo hasta almacenamiento a largo plazo, todos enfrentaban el mismo desafío: necesitaban un sistema fiable sin depender del refrigerio.

Con un reciente financiamiento por parte de la Fundación Nacional de Ciencias, Cache DNA planea expandir su tecnología para incluir una variedad más amplia de biomoléculas como ARN y proteínas. Esto podría proporcionar nuevos conocimientos sobre salud y enfermedades.

Revolucionando el acceso a muestras biológicas

Bathe destaca que eliminar la dependencia del frío podría desbloquear millones de muestras genéticas a nivel global, facilitando así avances en medicina personalizada. “Eliminar la cadena fría es solo medio camino; también necesitamos escalar desde miles hasta millones o incluso miles de millones de muestras”, afirma.

Banal concluye enfatizando que “los congeladores han dictado dónde puede ocurrir la ciencia”. Al eliminar esta restricción, se abren posibilidades inimaginables: desde naciones insulares estudiando sus genética única hasta pacientes con enfermedades raras contribuyendo a investigaciones sin estar limitados por su proximidad a grandes hospitales.

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