La UPNA ha restaurado la escultura "Homenaje a Sáenz de Oiza" de Jorge Oteiza, tras un exhaustivo proceso de limpieza y conservación dirigido por la Fundación Museo Jorge Oteiza.
La Universidad Pública de Navarra (UPNA) ha llevado a cabo la restauración de la escultura titulada “Homenaje a Sáenz de Oiza”, una obra del reconocido artista Jorge Oteiza, ubicada en el campus de Arrosadia. Este proceso, que se extendió por un período de dos meses, fue supervisado técnicamente por la Fundación Museo Jorge Oteiza.
La intervención comenzó con un análisis exhaustivo del estado de la escultura, que incluyó un mapeo detallado de los daños y la identificación de los factores que habían contribuido a su deterioro. Posteriormente, se procedió a eliminar la suciedad superficial, grafitis, adhesivos y otros residuos acumulados utilizando tanto métodos mecánicos como químicos.
El proceso continuó con una limpieza general y la eliminación de óxidos, además de tratar las áreas afectadas. Se recuperaron también las zonas donde había desaparecido la protección metálica original. Para garantizar su conservación futura, se aplicó una nueva protección tanto localizada como general. La restauración concluyó con la aplicación de un recubrimiento final y la elaboración de un informe técnico que detalla todas las actuaciones realizadas.
Durante el tiempo que duraron los trabajos, la escultura fue protegida bajo una carpa para evitar cualquier daño adicional.
La obra “Homenaje a Sáenz de Oiza. Partición del espacio por oposición de dos diedros” fue creada en 1996 y está elaborada en chapa de acero. Esta pieza es significativa ya que fue la primera escultura instalada en el campus universitario. Su diseño es sencillo, compuesto por una base metálica y tres elementos verticales dispuestos en diferentes planos, donde el espacio vacío juega un papel fundamental, reflejando una constante en el trabajo artístico de Oteiza.
La escultura tiene sus raíces en una maqueta realizada por Oteiza en 1959, titulada “Oposición de dos diedros”. En esta obra inicial, el artista exploraba conceptos relacionados con la apertura y desocupación del espacio tras su serie conocida como “Cajas vacías”. El modelo original se encuentra actualmente en la Fundación Museo Jorge Oteiza en Alzuza.
Francisco Javier Sáenz de Oiza, arquitecto al que está dedicada esta escultura, mantuvo una amistad con Oteiza; ambos colaboraron durante la construcción de la basílica de Nuestra Señora de Aránzazu: uno como arquitecto y el otro como creador del friso escultórico del apostolado. En Navarra, además del campus universitario, Sáenz de Oiza diseñó el propio museo dedicado a Oteiza en Alzuza.