La Universidad de Bolonia ganó la medalla de oro en iGEM 2025 por su innovador sistema microbiano para la depuración de suelos y aguas contaminadas, destacando su enfoque en biología sintética.
La Universidad de Bolonia brilla en el iGEM 2025, al recibir una medalla de oro en la prestigiosa competencia internacional de biología sintética. Este evento, que tuvo lugar en París, reunió a más de 5.000 participantes y más de 400 equipos provenientes de 50 países, desde Australia hasta Brasil.
El equipo, conformado por estudiantes de diversas disciplinas como biotecnología, bioinformática y química, presentó un innovador proyecto enfocado en optimizar un tipo de bacteria para convertirla en una plataforma eficaz para la degradación de contaminantes. Según Alice Foschi, una de las estudiantes involucradas, “el objetivo es desarrollar un sistema microbiano versátil que se adapte a distintos contaminantes y contribuya a la depuración de suelos y aguas contaminadas”.
Uno de los aspectos más destacados del proyecto fue la presentación de CAPE, acrónimo de *Computational Assisted Pathway Engineering*, un software innovador diseñado para predecir rutas metabólicas y determinar los genes necesarios para insertar en el genoma del microorganismo. Este enfoque ha suscitado gran interés entre los expertos del sector.
La medalla dorada obtenida no solo refleja la calidad científica del trabajo realizado, sino también el apoyo fundamental recibido por parte del cuerpo docente de la Universidad de Bolonia. En particular, el Departamento de Farmacia y Biotecnologías, junto con el Departamento de Química “Giacomo Ciamician” y el Departamento de Informática – Ciencia e Ingeniería, jugaron un papel crucial al proporcionar conocimientos técnicos y recursos necesarios para llevar a cabo este ambicioso proyecto.
El grupo expresó su satisfacción al ser uno de los únicos dos equipos italianos entre más de 400 competidores en esta edición del iGEM. “En solo un año logramos construir todo desde cero: organizamos el trabajo, conseguimos financiamiento y ensamblamos cada parte del proyecto a pesar de las numerosas dificultades”, comentaron los estudiantes. “Conquistar la medalla dorada, especialmente en nuestro primer año, es un hito notable que representa tanto un logro como un punto de partida para futuros equipos”.
Este reconocimiento pone en relieve no solo el talento y dedicación del equipo, sino también la importancia creciente que tiene la investigación universitaria en la búsqueda de soluciones innovadoras para problemas ambientales críticos.