La incorporación de equipos de agentes de IA optimiza la toma de decisiones y aumenta la productividad en las empresas, permitiendo una gestión más eficiente de recursos y personalización en la atención al cliente.
La inteligencia artificial (IA) ha evolucionado más allá de ser una herramienta meramente operativa; se ha convertido en un aliado estratégico capaz de potenciar la toma de decisiones en todas las áreas de negocio. Las empresas que buscan reducir costos operativos o personalizar experiencias para sus clientes a gran escala encuentran en los agentes de IA una clave fundamental.
A medida que estos agentes son adoptados por diversas organizaciones, es crucial gestionar su implementación mediante una estrategia bien definida. Los primeros pasos incluyen la creación de una infraestructura de IA empresarial que optimice la inferencia rápida y rentable, así como el establecimiento de un flujo de datos que mantenga a los agentes constantemente alimentados con información contextual y oportuna.
El proceso de incorporar agentes de IA se convertirá en una función estratégica central para las empresas, donde los líderes deberán orquestar el talento digital dentro de sus organizaciones. A continuación, se presentan algunas pautas sobre cómo llevar a cabo esta incorporación.
Al igual que los empleados humanos son contratados para roles específicos, los agentes de IA deben ser seleccionados y entrenados según la tarea que deben realizar. Actualmente, las empresas tienen acceso a una variedad de modelos de IA —que abarcan lenguaje, visión, habla y razonamiento— cada uno con fortalezas únicas.
Por ello, la selección adecuada del modelo es esencial para lograr resultados empresariales efectivos:
La elección del modelo impacta directamente en el rendimiento del agente, los costos operativos, la seguridad y la alineación con los objetivos empresariales. Un modelo adecuado permite al agente abordar eficazmente los desafíos comerciales y cumplir con requisitos normativos mientras protege datos sensibles. Por otro lado, seleccionar un modelo inadecuado puede resultar en un uso excesivo de recursos computacionales y predicciones erróneas que afectan negativamente la toma de decisiones del agente.
La incorporación efectiva de agentes de IA requiere construir una sólida estrategia basada en datos. Estos agentes funcionan mejor cuando reciben un flujo constante y específico de datos relacionados con las tareas y el entorno empresarial donde operan.
El conocimiento institucional —la sabiduría acumulada dentro de una organización— es un activo crucial que puede perderse cuando los empleados se van o se jubilan. Los agentes de IA pueden desempeñar un papel fundamental en la captura y preservación de este conocimiento para su uso posterior por parte del personal actual.
Una vez creada la infraestructura adecuada para soportar a los agentes y refinada la estrategia data-driven necesaria para alimentarlos con información contextual, el siguiente paso es desplegar sistemáticamente estos agentes a través de las unidades empresariales.
Según una encuesta reciente realizada por IDC entre 125 directores generales, las áreas prioritarias donde se busca integrar AI son procesos IT, operaciones comerciales y atención al cliente.
Dentro de cada área mencionada, los agentes ayudan a aumentar la productividad del personal existente automatizando procesos como el ticketing para ingenieros IT o facilitando el acceso a datos necesarios para atender mejor a los clientes.
Pueden incorporarse también en operaciones específicas; por ejemplo:
A semejanza del personal humano que necesita directrices claras, los modelos AI requieren límites bien definidos para garantizar resultados fiables y precisos dentro del marco ético correspondiente.
No existe un agente ideal único; son personalizados y diseñados específicamente según necesidades particulares.
Los líderes empresariales pueden iniciar su proceso preguntándose:
A corto plazo, cada línea empresarial contará con agentes dedicados —entrenados según sus propios datos— alineados con sus objetivos específicos. Las organizaciones que inviertan en una incorporación reflexiva junto con estrategias seguras estarán mejor posicionadas para liderar esta nueva fase transformadora impulsada por la inteligencia artificial.