Investigadores han descubierto un tipo inusual de célula cerebral que podría ser clave en la esclerosis múltiple progresiva, contribuyendo a la inflamación crónica y la neurodegeneración asociadas con la enfermedad.
Un reciente estudio publicado en la revista Neuron ha revelado la existencia de un tipo inusual de célula cerebral que podría desempeñar un papel crucial en la esclerosis múltiple progresiva (EMP), contribuyendo a la inflamación persistente que caracteriza esta enfermedad. Este hallazgo representa un avance significativo en la comprensión de los complejos mecanismos que impulsan el desarrollo de esta patología y abre nuevas vías para la investigación de terapias más efectivas.
La esclerosis múltiple es una enfermedad crónica en la que el sistema inmunológico ataca erróneamente el cerebro y la médula espinal, interrumpiendo la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo. Si bien muchos pacientes experimentan episodios de recaída y remisión al inicio, un porcentaje considerable evoluciona hacia la EMP, una fase caracterizada por un deterioro constante de las funciones neurológicas y opciones de tratamiento limitadas.
Para modelar lo que ocurre en esta enfermedad, investigadores de la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, y del Instituto Nacional sobre el Envejecimiento, en EE.UU., tomaron células dérmicas de pacientes con EMP progresiva y las reprogramaron en células madre neuronales inducidas (iNSCs). Estas son un tipo inmaduro de célula capaz de dividirse y diferenciarse en varios tipos de células cerebrales.
A través de este enfoque denominado "enfermedad en un plato", el equipo observó que un subconjunto de las células cerebrales cultivadas regresaba a una etapa desarrollativa anterior, transformándose en un tipo celular inusual conocido como células similares a glía radial (RG-like). Estas células eran altamente específicas y aparecían aproximadamente seis veces más frecuentemente en líneas iNSC derivadas de individuos con EMP progresiva en comparación con los controles, lo que llevó a su designación como células RG-like asociadas a enfermedades (DARGs).
Las DARGs presentan características propias de las glías radiales, células especializadas que actúan como andamiaje durante el desarrollo cerebral y tienen la capacidad de diferenciarse en diversos tipos celulares neuronales. Funcionan tanto como soporte estructural como bloques fundamentales para el desarrollo cerebral adecuado. Sorprendentemente, estas DARGs no solo regresan a un estado 'infantil', sino que también muestran rasgos característicos del envejecimiento prematuro o senescencia.
Este nuevo tipo celular posee un perfil epigenético distintivo—patrones de modificaciones químicas que regulan la actividad genética—aunque los factores que influyen en este paisaje epigenético aún no están claros. Estas modificaciones contribuyen a una respuesta exagerada a los interferones, las “señales de alarma” del sistema inmunológico, lo cual podría ayudar a explicar los altos niveles de inflamación observados en la EMP.
El profesor Stefano Pluchino, del Departamento de Neurociencias Clínicas en la Universidad de Cambridge y coautor principal del estudio, destacó: “La EMP es una condición verdaderamente devastadora, y los tratamientos efectivos siguen siendo esquivos. Nuestra investigación ha revelado un mecanismo celular previamente no apreciado que parece ser central para la inflamación crónica y neurodegeneración que impulsa esta fase progresiva.”
El equipo validó sus hallazgos cruzando datos humanos provenientes de individuos con EMP progresiva. Al analizar patrones de expresión génica a nivel unicelular—incluyendo nuevos datos sobre el contexto espacial del ARN dentro del tejido cerebral post-mortem afectado por EMP—confirmaron que las DARGs se localizan específicamente dentro de lesiones crónicamente activas, donde se produce el daño más significativo. Es importante señalar que estas células se encontraban cerca de células inmunitarias inflamatorias, apoyando su rol en orquestar el ambiente inflamatorio dañino característico de esta forma progresiva.
Aislar y estudiar estas células impulsoras de enfermedades in vitro permitirá a los investigadores explorar sus complejas interacciones con otros tipos celulares cerebrales, como neuronas y células inmunitarias. Este enfoque ayudará a desentrañar el diálogo celular que contribuye a la progresión del daño neuronal en la EMP, proporcionando así una comprensión más profunda sobre los mecanismos patogénicos subyacentes.
La doctora Alexandra Nicaise, coautora del estudio del mismo departamento, añadió: “Estamos trabajando para explorar la maquinaria molecular detrás de las DARGs y probar tratamientos potenciales. Nuestro objetivo es desarrollar terapias que corrijan la disfunción DARG o las eliminen completamente.”
Si tienen éxito, esto podría llevar al primer tratamiento verdaderamente modificador de enfermedad para la EMP, ofreciendo esperanza a miles que viven con esta condición debilitante.
A día de hoy, las DARGs solo han sido observadas en unas pocas enfermedades, como glioblastoma y cavernomas cerebrales. Sin embargo, esto puede deberse a que hasta ahora los científicos carecían de las herramientas necesarias para identificarlas. El profesor Pluchino y su equipo creen que su enfoque probablemente revelará que las DARGs juegan un papel importante también en otras formas de neurodegeneración.