Un estudio de la Universidad de Oxford sugiere que el cambio global hacia dietas más vegetales podría transformar el empleo agrícola y reducir costos laborales, con implicaciones significativas para la sostenibilidad.
Un cambio global hacia dietas basadas en plantas podría transformar el empleo agrícola y reducir costos laborales a nivel mundial. Esta es la conclusión de un reciente estudio llevado a cabo por el Instituto de Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford (ECI), que examina cómo la transición hacia patrones alimentarios más saludables y sostenibles impactará en el sector agrícola.
El sistema alimentario global enfrenta un creciente escrutinio debido a sus efectos negativos sobre el medio ambiente y la salud pública. Este sistema contribuye significativamente al cambio climático, la pérdida de biodiversidad y enfermedades relacionadas con la dieta, lo que hace insostenible su trayectoria actual.
A medida que aumenta la conciencia pública sobre estos problemas, tanto los consumidores como los gobiernos están comenzando a cambiar sus hábitos y políticas. Las dietas basadas en plantas están ganando popularidad como una respuesta a las necesidades climáticas y de salud.
Sin embargo, los sistemas alimentarios también son vitales para la economía, proporcionando empleo a cientos de millones de personas en todo el mundo, especialmente en la producción ganadera. Por lo tanto, modificar nuestros hábitos alimenticios tendrá un efecto directo en cómo se produce la comida.
El estudio, publicado en The Lancet Planetary Health, fue liderado por Dr. Marco Springmann, investigador senior del ECI, junto con otros coautores destacados como el Profesor Michael Obersteiner, director del ECI; Dr. Yiorgos Vittis, economista agrícola y alimentario; y Profesor Sir Charles Godfray, director de la Oxford Martin School. Este equipo analizó cómo patrones dietéticos flexitarianos, pescatarianos, vegetarianos y veganos afectarían al número de trabajadores necesarios para cultivar, criar y cosechar alimentos en 179 países.
Los investigadores combinaron datos detallados sobre los requerimientos laborales para cultivos y ganado con modelos de producción alimentaria global para estimar cómo los cambios dietéticos podrían influir en la fuerza laboral agrícola.
Los resultados indican que adoptar dietas más basadas en plantas podría reducir las necesidades laborales agrícolas globales entre un 5% y un 28%, lo que equivale a entre 18 y 106 millones de empleos a tiempo completo para 2030, principalmente debido a una menor demanda de producción ganadera.
Al mismo tiempo, se estima que se necesitarán entre 18 y 56 millones de trabajadores adicionales en horticultura para producir frutas, verduras, legumbres y otros alimentos vegetales.
En términos económicos, estos cambios podrían traducirse en una reducción de los costos laborales globales entre 290 mil millones y 995 mil millones de dólares anuales (ajustados por paridad del poder adquisitivo), representando alrededor del 0.2% al 0.6% del PIB mundial.
A pesar de las posibles ganancias en eficiencia que estos cambios pueden traer consigo, el estudio subraya la importancia de implementar políticas adecuadas para garantizar que las transiciones sean justas.
Se plantean medidas como la re-capacitación, la redistribución laboral e inversiones en producción hortícola como cruciales para apoyar a los trabajadores y comunidades rurales mientras evolucionan los sistemas alimentarios.