La Universidad de León se une al proyecto europeo PHYBIOMED, que investiga el uso de microalgas para depurar aguas, generar energía y mejorar la agricultura en países mediterráneos.
La Universidad de León (ULE) se ha integrado en el proyecto europeo PHYBIOMED, una iniciativa que reúne a ocho instituciones de seis países mediterráneos con el propósito de desarrollar un sistema innovador para la gestión sostenible del agua. Este ambicioso proyecto combina procesos físico-químicos y biológicos avanzados, transformando aguas residuales en recursos valiosos como agua reciclada, energía limpia y productos agrícolas sostenibles.
Las microalgas son protagonistas en este proceso, ya que se cultivan en biorreactores alimentados con aguas pretratadas. Estas microalgas no solo capturan CO?, sino que también generan biogás y bioestimulantes agrícolas tras su digestión. El equipo del laboratorio PHYTOBOOST de la ULE, liderado por la doctora Penélope García Angulo, investiga el potencial de los residuos de microalgas como bioestimulantes dentro de un modelo de economía circular.
El grupo de investigación se enfoca en evaluar cómo los residuos generados pueden actuar como bioestimulantes para mejorar el crecimiento vegetal y la resistencia al estrés hídrico, lo que podría resultar en una reducción significativa del uso de agroquímicos. Inicialmente, se probarán estos efectos en plantas modelo como Arabidopsis, antes de aplicarlos a cultivos locales relevantes como el maíz y la alubia de La Bañeza-León.
En una fase posterior del proyecto, los investigadores analizarán si los residuos resultantes tras la digestión anaeróbica mantienen el mismo efecto beneficioso que las microalgas sin procesar. Esta estrategia busca dar un segundo uso a materiales que, de otro modo, serían desechados, promoviendo así prácticas más sostenibles y favoreciendo la economía circular.
PHYBIOMED, cuyo nombre completo es “Integration of wastewater treatment through physicochemical and biological processes for sustainable water management in Mediterranean countries: a circular economy approach towards the UN Sustainable Development Goals”, está coordinado por el doctor Lokmane Abdelouahed, del Institut National des Sciences Appliquées (INSA Rouen) en Francia. Además de la ULE, participan instituciones de Francia, Marruecos, Portugal, Argelia, España y Turquía.
Este proyecto cuenta con un presupuesto asignado a España de 140.000 euros y está financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades así como por la Unión Europea a través del programa Next Generation EU. La investigación comenzó en junio de 2025 y tiene una duración prevista de 36 meses. Su objetivo es contribuir a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) establecidos por la ONU, enfocándose especialmente en regiones mediterráneas que enfrentan problemas significativos relacionados con la escasez de agua.
El proceso desarrollado por PHYBIOMED inicia con tratamientos físicos del agua para eliminar contaminantes mientras se preservan nutrientes esenciales. Posteriormente, las aguas pretratadas alimentan biorreactores donde crecen las microalgas; estas no solo capturan CO? sino que también producen biogás útil para mantener operativos dichos biorreactores. Finalmente, los residuos resultantes serán evaluados por el equipo PHYTOBOOST para su posible aplicación como bioestimulantes agrícolas.
A través del uso de Arabidopsis, un modelo ideal debido a su rápido ciclo de vida y características genéticas favorables para estudios experimentales, se comprobará la efectividad de estos bioestimulantes antes de ser aplicados a cultivos comerciales más complejos como el maíz o la alubia.
Los bioestimulantes, compuestos o microorganismos que promueven el crecimiento vegetal y mejoran la productividad frente a factores estresantes ambientales, son clave en esta investigación. A diferencia de los fertilizantes tradicionales, no siempre aportan nutrientes directamente; su función puede ser mejorar la absorción o facilitar procesos metabólicos esenciales para las plantas.
A medida que avanza este proyecto internacional, se espera que los resultados contribuyan significativamente a una agricultura más sostenible y resiliente ante los desafíos climáticos actuales.