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Los champiñones: un reino fascinante aún por descubrir

Champignons investigación

Redacción | Jueves 20 de noviembre de 2025

Los champiñones, un reino biológico diverso y poco conocido, desempeñan roles ecológicos cruciales como la simbiosis con plantas y el reciclaje de materia orgánica, revelando su importancia en la investigación científica.



Los champignons, a menudo erróneamente considerados como simples vegetales, constituyen un reino extremadamente diverso que, en gran parte, permanece inexplorado. Estos organismos son fascinantes y poseen secretos aún por descubrir, tal como lo indican las investigaciones realizadas por equipos de la Universidad Paris-Saclay.

Cuando se menciona a los champiñones, es común imaginar cèpes, girolles o trompetas de la muerte bajo la sombra de un árbol. Sin embargo, esta imagen solo representa una pequeña parte del vasto mundo fúngico. La mayor parte de su anatomía se encuentra oculta bajo tierra. Según Fabienne Malagnac, investigadora del Instituto de Biología Integrativa de la Célula, “lo que comúnmente llamamos champiñón es en realidad una fructificación efímera”. Este fenómeno es comparable a considerar únicamente el fruto de una planta sin tener en cuenta el resto que está oculto.

Un reino antiguo y complejo

Aparecidos en la Tierra hace más de 900 millones de años, los champiñones han tenido un lugar complicado en el árbol filogenético. Durante siglos se les asoció erróneamente con las plantas debido a su inmovilidad. “Tardaron mucho tiempo en ser reconocidos como un reino distinto”, comenta Malagnac. Fue en 1969 cuando se estableció oficialmente el reino fúngico, revelando que estos organismos están más relacionados con los animales que con las plantas. A diferencia de estas últimas, los champiñones no realizan fotosíntesis ni producen clorofila; utilizan enzimas para digerir nutrientes presentes en su entorno.

Actualmente se han descrito alrededor de 200,000 especies de champiñones, siendo más de 30,000 localizadas en Francia. Sin embargo, a nivel mundial se estima que existen más de 1.5 millones de especies. Esta diversidad complica el trabajo de los científicos dedicados a su estudio. Entre ellos se encuentran tanto especies venenosas como beneficiosas para la humanidad, como las levaduras utilizadas en la elaboración del pan y la cerveza.

Funciones ecológicas esenciales

A pesar de haber sido poco explorados durante mucho tiempo, hoy sabemos que los champiñones desempeñan roles ecológicos cruciales. Algunas especies forman asociaciones simbióticas con plantas y árboles mediante un proceso conocido como micorriza. En este sistema, el hongo obtiene agua y nutrientes del suelo y comparte azúcares con su huésped vegetal. Se estima que hasta el 80% de las plantas en bosques templados europeos viven asociadas a un hongo.

Además de sus interacciones con las plantas, los champiñones son vitales para el reciclaje de materia orgánica muerta. Según Malagnac, “son los únicos organismos capaces de producir las enzimas necesarias para iniciar la descomposición del material vegetal”. Sin esta acción fúngica, otros organismos no podrían descomponer adecuadamente estos materiales y generar humus.

Ciencia detrás del reino fúngico

Entre los champiñones saprófitos que atraen la atención científica se encuentra Podospora anserina, que vive en las heces de herbívoros. Esta especie ha sido objeto de estudio desde la década de 1940 debido a su facilidad para cultivar y su duración vital determinada. A diferencia de otros champiñones que pueden crecer indefinidamente, P. anserina presenta un ciclo vital finito controlado genéticamente.

Investigadores como Malagnac y Pierre Grognet, también del I2BC, han estado estudiando cómo este organismo modelo puede ayudar a entender procesos biológicos fundamentales como el envejecimiento celular y mecanismos defensivos del genoma conocidos como RIP (Repeat-induced point mutation). Este proceso permite al hongo eliminar secuencias repetidas dentro de su ADN para mantener la estabilidad genética.

Mecanismos adaptativos frente a enfermedades

A medida que avanza la investigación sobre champiñones patógenos como Microbotryum, Tatiana Giraud del laboratorio Écologie, Société et Évolution destaca su importancia ecológica y económica. Este género ataca específicamente ciertas plantas sin matarlas inmediatamente; al contrario, prolonga su vida útil para producir esporas propias.

A través del análisis genético se ha descubierto que cada especie dentro del género Microbotryum tiene una especialización notable hacia una única planta hospedadora. Esto resalta una relación coevolutiva entre hongos y plantas donde ambas partes deben adaptarse constantemente ante las estrategias defensivas mutuas.

La investigación sobre estos organismos no solo busca comprender sus interacciones con las plantas sino también desarrollar métodos efectivos para combatir plagas agrícolas causadas por hongos patógenos. Con aproximadamente el 20% de las cosechas mundiales perdidas anualmente debido a estas infecciones, entender sus mecanismos es esencial para mejorar la producción agrícola y reducir el uso excesivo de pesticidas.

A medida que continuamos explorando este fascinante reino fúngico , queda claro que los champiñones son mucho más que simples organismos; son actores clave en nuestros ecosistemas y tienen un potencial significativo aún por descubrir.

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