La estimulación cerebral profunda ha mejorado significativamente a la mitad de los pacientes con depresión y ansiedad resistentes al tratamiento, ofreciendo un nuevo enfoque prometedor para personalizar tratamientos futuros.
La estimulación cerebral profunda, un procedimiento que implica la inserción de implantes en el cerebro similares a un 'marcapasos', ha demostrado generar mejoras clínicas en la mitad de los pacientes con depresión severa resistente al tratamiento, según un ensayo clínico reciente. Este estudio, realizado por investigadores del Reino Unido y China, ha identificado una firma distintiva de actividad cerebral que podría predecir la efectividad del tratamiento en pacientes individuales.
El trastorno depresivo mayor es uno de los problemas de salud mental más comunes y discapacitantes a nivel mundial. Aunque muchos pacientes se benefician de antidepresivos y terapias cognitivas, existe una alta tasa de resistencia al tratamiento; entre el 30% y el 50% de los pacientes no responden a estos enfoques convencionales.
En las últimas décadas, la técnica de estimulación cerebral profunda (DBS) ha comenzado a utilizarse para tratar diversas condiciones, siendo más efectiva en pacientes con enfermedad de Parkinson. Este método consiste en insertar electrodos delgados en áreas específicas del cerebro para transmitir estimulación eléctrica suave y corregir la actividad cerebral anómala.
Un estudio publicado recientemente en Nature Communications evaluó la DBS en 26 pacientes con depresión resistente al tratamiento, reclutados del Hospital Ruijin, perteneciente a la Universidad Jiao Tong de Shanghái. El ensayo fue abierto, lo que significa que tanto los investigadores como los pacientes eran conscientes de que se estaba administrando DBS.
Los investigadores aplicaron estimulación en dos áreas cerebrales: el núcleo bed nucleus of the stria terminalis (BNST), relacionado con la regulación del estrés y la ansiedad, y el núcleo accumbens, implicado en el procesamiento de recompensas y motivación.
De los 26 participantes, 13 mostraron mejoras significativas en sus síntomas relacionados con la depresión y la ansiedad, así como en su calidad de vida. Nueve de estos pacientes alcanzaron remisión casi completa de sus síntomas. Además, se registró actividad eléctrica cerebral desde los electrodos implantados y se observó que una frecuencia específica conocida como actividad theta (4-8 Hz) era crucial para evaluar la gravedad de los síntomas.
Los resultados indicaron que aquellos pacientes con niveles bajos de actividad theta antes de la cirugía tendieron a mejorar más significativamente. Asimismo, una mayor coherencia entre el BNST y la corteza prefrontal también se asoció con mejores resultados terapéuticos.
La profesora Valerie Voon, del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Cambridge y Fudan University en China, destacó: “La estimulación cerebral profunda muestra un gran potencial para abordar la depresión resistente al tratamiento”. Esta investigación no solo resalta esa promesa, sino que también proporciona un marcador objetivo para identificar qué pacientes podrían beneficiarse más.
El Dr. Linbin Wang, también del Departamento de Psiquiatría en Cambridge, añadió que “la actividad cerebral a una frecuencia particular –las ondas cerebrales theta– puede indicar qué pacientes responderán mejor al tratamiento DBS”. Durante el ensayo, se observó que una reducción en la actividad theta coincidía con mejoras en los síntomas depresivos y ansiosos.
El profesor Bomin Sun, neurocirujano líder del estudio, subrayó que este es el estudio más amplio que demuestra cómo la DBS puede tratar eficazmente la depresión. La investigación fue financiada por varias instituciones chinas y británicas.
Aparte del estudio principal, se llevó a cabo un ensayo controlado aleatorio doble ciego sobre DBS para depresión resistente al tratamiento. Los resultados serán publicados próximamente.