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Deepfakes y stalkerware: Las herramientas del terror digital que podrían estar acechándote en silencio. Infórmate ya

(Foto: DALL·E ai art).
Redacción | Jueves 10 de octubre de 2024
Kaspersky, en el Mes Europeo de la Ciberseguridad 2024, destaca amenazas tecnológicas que afectan las relaciones interpersonales: abuso de imágenes íntimas, stalkerware y deepfakes. La empresa promueve la alfabetización digital y la educación sobre consentimiento para combatir estos problemas, subrayando la importancia de proteger los derechos individuales y fomentar una cultura de respeto.

Kaspersky, dentro del Mes Europeo de la Ciberseguridad 2024, que lleva como lema “Protejamos nuestro mundo” destaca los crecientes riesgos que la tecnología representa para las relaciones interpersonales. A partir de su investigación independiente, esta empresa especializada en ciberseguridad ha señalado tres amenazas clave que se han agudizado a raíz de los avances tecnológicos.

Abuso de imágenes íntimas: el descontrol en la difusión de imágenes privadas. Según el informe titulado ‘La verdad al desnudo. Cómo el intercambio de imágenes íntimas ha reconfigurado nuestro mundo’, una encuesta reciente llevada a cabo por Kaspersky en mayo de 2024, que incluyó a 9.033 participantes a nivel global, revela que en España, un 25% de los encuestados ha compartido imágenes íntimas con personas que conocieron a través de internet. Las mujeres son ligeramente más propensas a hacerlo (28%) en comparación con los hombres (22%). En este contexto, el grupo de edad que presenta las tasas más elevadas es el de 16 a 24 años, donde se alcanza un sorprendente 42%.

La confianza digital puede ser fácilmente manipulada, lo que resulta en abusos relacionados con imágenes íntimas, fenómeno comúnmente conocido como “porno venganza”. Según datos, un 15% de los españoles admite haber compartido imágenes íntimas de terceros; entre ellos, el 7% confiesa haberlo hecho por motivos de venganza y el 14% para intimidar a la otra persona.

El estudio también aborda la problemática de la culpabilización de la víctima: casi la mitad de los encuestados (47%) sostiene que si una imagen íntima se comparte y termina en manos inapropiadas, la culpa recae sobre quien envió dicha fotografía. Además, un 24% considera que recibir una imagen íntima les otorga derechos sobre su contenido. Por otro lado, solo el 22% de quienes compartieron una imagen comprometida solicitaron su eliminación del dispositivo del destinatario.

En este contexto, se ha lanzado una guía exhaustiva por parte de Kaspersky, en asociación con el despacho de abogados Lets Law, que aborda las acciones a seguir si una persona se convierte en víctima de la difusión no autorizada de imágenes privadas, un crimen denominado "porno venganza".

Reunir pruebas. Es fundamental conservar una copia de toda la documentación relevante, como capturas de pantalla o enlaces al contenido, que puedan resultar útiles durante las investigaciones legales.

Solicitar la eliminación inmediata del contenido es una acción que se puede llevar a cabo. La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) cuenta con un Canal Prioritario destinado a la retirada urgente de material sexual o violento que haya sido difundido sin el consentimiento correspondiente. Para presentar la solicitud, puedes hacerlo de manera online a través de su página web o visitando sus oficinas. Es importante tener en cuenta que este canal está reservado para contenidos de índole sexual o relacionados con agresiones, y no se aplica a plataformas de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram.

Denunciar a las autoridades es fundamental. En España, la distribución de contenido íntimo sin el consentimiento de la persona afectada constituye un delito grave, según lo establecido en el artículo 197 del Código Penal. Las sanciones dependen de las circunstancias específicas: si las imágenes o vídeos fueron obtenidos sin el consentimiento de la persona afectada, el autor puede enfrentarse a penas de prisión que oscilan entre uno y cuatro años, además de multas; en el caso de que las imágenes se hayan obtenido con consentimiento, pero se hayan difundido sin autorización, la pena podría ser de dos a cinco años de prisión; por otro lado, si alguien comparte imágenes que no obtuvo directamente, pero que le fueron proporcionadas por otra persona, la pena será de uno a tres años de prisión junto con una multa que puede variar entre 12 y 24 meses.

Es fundamental consultar con un abogado especializado. La asesoría de expertos en derecho digital resulta crucial para salvaguardar tus derechos y obtener la mejor orientación sobre el camino a seguir.

Stalkerware: el uso malintencionado de tecnología legítima. Un informe reciente de Kaspersky, titulado ‘Estado del Stalkerware en 2023’, revela que en España se ha observado una disminución del 13% en el número de usuarios afectados en comparación con 2022. A pesar de esta reducción, España continúa ocupando la cuarta posición entre los países europeos más impactados, superada únicamente por Alemania, Francia y Reino Unido.

En la actualidad, en un mundo altamente conectado, los abusadores tienen la capacidad de utilizar las redes sociales, dispositivos inteligentes para el hogar y tecnología de rastreo GPS para vigilar a sus víctimas sin necesidad de recurrir a stalkerware. Un 14% de los españoles indicó haber sufrido algún tipo de acoso online por parte de una persona con la que habían tenido una relación reciente. Además, un 27% afirmó haber sido víctima de acoso o tener sospechas al respecto. Por otro lado, el 70% de los encuestados en España mencionó que tiene acceso al smartphone de su pareja.

Deepfakes: la delgada línea entre la realidad y la falsedad. La tecnología deepfake, que facilita la creación de imágenes, videos o audios que parecen auténticos gracias a la Inteligencia Artificial (IA), se está convirtiendo en un elemento peligroso en el ámbito de las relaciones personales. En los últimos cinco años, este avance tecnológico ha sido notable, con una variedad de herramientas de código abierto accesibles sin costo alguno. Esto permite que cualquier individuo con conocimientos básicos de programación tenga la capacidad de generar deepfakes, lo que representa un alto riesgo para crear contenido falso y comprometedor, susceptible de ser utilizado para chantajes y coacciones en las relaciones interpersonales.

La alfabetización digital y la seguridad en línea se han vuelto cada vez más esenciales en el contexto actual, marcado por el avance de la tecnología. Según David Emm, analista principal de Seguridad del Equipo Global de Investigación y Análisis de Kaspersky, “abordar estos abusos en las relaciones requiere un enfoque multifacético. En primer lugar, debemos formar sobre el concepto de consentimiento continuo; en segundo, la educación dirigida a la sociedad en su conjunto sigue siendo necesaria, ya que culpar a las víctimas sigue siendo un problema en nuestra sociedad y solo aumenta el trauma de las mismas y desvía la atención de la responsabilidad de los perpetradores. Finalmente, mejorar la alfabetización digital es fundamental para enseñar y animar a las personas a proteger su privacidad y gestionar los riesgos de manera efectiva. Adoptando estas estrategias, podemos construir una cultura de respeto, responsabilidad y protección informada contra el abuso”.

Estos desafíos resaltan la urgencia de implementar medidas que fomenten una mayor comprensión sobre el uso seguro de la tecnología y el respeto hacia los derechos individuales.

En el ámbito de la ciberseguridad, Kaspersky ofrece una defensa efectiva contra diversas amenazas digitales. No obstante, ciertos riesgos, tales como el grooming, el doxing, el acoso, el bullying y el uso indebido de imágenes íntimas, superan las capacidades de la tecnología por sí sola. Por esta razón, es fundamental la educación pública. Kaspersky, actuando como una organización con un objetivo definido, se dedica a aumentar la conciencia sobre estas amenazas y a motivar a las personas para que tomen medidas en su propia protección.

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