Investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM-CSIC) han desarrollado un nuevo apósito que se activa con luz solar, combinando compuestos metal-orgánicos y celulosa. Este material poroso reduce el crecimiento bacteriano, ofreciendo una alternativa a los antibióticos en la lucha contra infecciones. Las pruebas muestran una inhibición superior al 50% del crecimiento de Staphylococcus aureus, lo que resalta su potencial en terapia antimicrobiana fotocatalítica.
El Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (ICMM), que forma parte del CSIC, ha desarrollado un innovador material que combina compuestos metal-orgánicos con celulosa. Este nuevo producto, que se activa mediante la luz solar, se aplica sobre heridas como una especie de tirita, con el objetivo de reducir la proliferación de bacterias. La investigación ha sido publicada en la revista ACS Applied Materials & Interfaces.
La investigadora Margarita Darder, principal autora del estudio, señala que los materiales fotosensibles representan una solución prometedora para combatir la resistencia bacteriana a través de la terapia antimicrobiana fotocatalítica. Estos materiales reaccionan a la luz solar generando moléculas capaces de eliminar diversos patógenos sin necesidad de antibióticos.
Para desarrollar este material, el equipo del ICMM-CSIC utilizó MOF, siglas en inglés que designan materiales porosos formados por átomos metálicos y moléculas orgánicas. Según explica Javier Pérez-Carvajal, otro investigador involucrado en el proyecto, se empleó un MOF basado en titanio, conocido por su biocompatibilidad y baja toxicidad.
Este MOF tiene un tamaño nanométrico y ha sido combinado con celulosa, un recurso renovable y biodegradable. Pérez-Carvajal destaca que el resultado es un material flexible y transparente cuando se fabrica como película o apósito.
Una vez producido, el apósito interactúa con la luz solar de manera autónoma al ser aplicado sobre las heridas. Darder menciona que se observa un aumento en la inhibición del crecimiento bacteriano gracias a una modificación química del MOF que incrementa su actividad bajo luz solar.
El equipo del ICMM ha probado su efectividad frente a Staphylococcus aureus, una bacteria responsable de numerosas infecciones por estafilococo. Los resultados indican que el crecimiento bacteriano disminuye más del 50% cuando se expone a luz visible. Además, Pérez-Carvajal añade que los poros del MOF podrían permitir la inclusión de medicamentos en el material, lo cual podría potenciar aún más su acción antibacteriana.
Los investigadores celebran que los resultados preliminares demuestran la viabilidad de estos nuevos materiales en el ámbito de la terapia antimicrobiana fotocatalítica.