Olaff Jasso García, egresado de la Maestría en Gestión Sustentable del Agua, destacó en su discurso de graduación la importancia de la cosmovisión personal y colectiva. Reflexionó sobre las experiencias compartidas con sus compañeros y el valor del agua como elemento vital que une a las personas. Su mensaje aboga por una ética del cuidado y el respeto hacia el medio ambiente, enfatizando la necesidad de reconstruir vínculos humanos y sociales en tiempos críticos.
Olaff Jasso García, destacado egresado de la Maestría en Gestión Sustentable del Agua, fue el mejor promedio de su generación y tuvo el honor de pronunciar el discurso durante la ceremonia de graduación celebrada el 13 de junio. Cada generación deja su marca en la institución, y las palabras de Olaf reflejan las vivencias acumuladas a lo largo de dos años de formación que trascienden lo académico. ¡Felicidades a todos los graduados!
En su discurso, Olaf compartió que fue elegido como representante por su “desempeño y disposición”, aunque con un toque de humor, admitió que nadie más se ofreció. Agradeció la oportunidad, aunque hubiera preferido que otros, como Marco Vladimir, asumieran esa responsabilidad. En este sentido, su intervención se convirtió en un recorrido emocional por sus experiencias vividas.
A lo largo del discurso, Olaf pidió disculpas anticipadas a sus compañeros por incluir chistes locales y por no seguir un tono completamente serio. Su intención era evadir el lenguaje acartonado que a menudo predomina en la academia y ofrecer una visión auténtica de sus emociones durante esos años.
Dirigiéndose a sus compañeros, expresó: “Compañeros, MAGESOS… tengo una pregunta para ustedes: ¿Cuál es su cosmovisión?” Esta cuestión ha sido recurrente entre ellos desde el primer semestre y va más allá de lo trivial; aborda cómo percibimos el mundo y nuestras acciones dentro de él. Cada uno llegó al programa por razones diversas, íntimamente ligadas a su propia cosmovisión.
Olaf recordó momentos significativos con sus compañeros, destacando la solidaridad que surgió desde el inicio del programa. Relató cómo se unieron ante la incertidumbre sobre las becas, creando vínculos que les permitieron conocerse mejor y compartir experiencias personales.
Mencionó anécdotas entrañables con varios compañeros, resaltando la importancia de esos momentos compartidos en clase y fuera de ella. La conexión emocional fue fundamental para construir amistades duraderas que enriquecieron su experiencia académica.
El discurso culminó con una profunda reflexión sobre la relación actual con el agua, subrayando cómo este recurso vital refleja las desigualdades sociales y se utiliza como herramienta de control. Olaf instó a repensar nuestra conexión con lo vital y abogó por una ética del cuidado y respeto hacia nuestro entorno.
Finalmente, concluyó agradeciendo a sus compañeros y profesores por haber creado un espacio colaborativo en lugar de competitivo. La maestría no solo les brindó conocimientos teóricos sino también vínculos humanos valiosos que perdurarán más allá del aula.