Nuria Diosdado, atleta olímpica y egresada de la Universidad Anáhuac, comparte su visión sobre el éxito y la disciplina en el alto rendimiento. Destaca la importancia de tener metas claras y cómo el liderazgo se manifiesta en acciones cotidianas. Su trayectoria ejemplifica el equilibrio entre vida profesional y personal, enfatizando valores como la responsabilidad y la generosidad. A través de su experiencia, busca inspirar a jóvenes a perseguir sus sueños con determinación.
Nuria Diosdado, una destacada atleta olímpica en cuatro ocasiones y egresada de la Universidad Anáhuac México, comparte su perspectiva sobre el éxito, la formación integral y la importancia de ser un ejemplo a seguir. Durante una conversación con ella, enfatiza que su alma mater no solo fue un lugar de formación profesional, sino también un hogar que la acompañó en su desarrollo como atleta de alto rendimiento.
Durante ocho años, Nuria combinó sus estudios de licenciatura y maestría con una intensa agenda de entrenamientos, lo que le permitió construir una carrera que la ha posicionado como una de las figuras más emblemáticas de la natación artística en México.
“En la Universidad Anáhuac encontré un refugio que se alinea con los valores del deporte. Esta institución promueve una formación integral que nos invita a actuar con coherencia, ser ejemplos y construir vidas con propósito. Seguir estos principios me hizo enamorarme de esta universidad”, expresó con entusiasmo.
A lo largo de su trayectoria, Nuria ha comprendido que la disciplina es un elemento esencial para alcanzar metas ambiciosas. Sin embargo, sostiene que no se trata solo de repetir rutinas o soportar el cansancio físico o mental:
“Es fundamental tener una meta clara. Cuando sabes lo que persigues, resulta mucho más sencillo mantener el enfoque, organizar tus días y dar lo mejor de ti, incluso en los momentos más difíciles”.
Además, Nuria opina que el liderazgo no se limita a figuras públicas o a quienes dirigen grandes equipos. Asegura que todos podemos ejercer un liderazgo significativo desde nuestras acciones cotidianas:
“No todos están destinados a liderar multitudes, pero sí podemos mejorar nuestro entorno. Si actúas con ética y buscando el bien común, las personas lo notan e inspiran a actuar en consecuencia. Eso también es liderazgo”, afirmó.
Su dedicación hacia la excelencia personal ha sido crucial para permanecer más de 19 años en la selección mexicana de nado sincronizado. Aunque reconoce las dificultades para equilibrar su vida profesional, deportiva y personal, afirma que tener claras sus prioridades le ha permitido cumplir con cada uno de sus compromisos:
“El orden, la claridad en las metas y la constancia han sido mis aliados para mantener una carrera longeva y satisfactoria”.
Nuria ha aprendido a definir lo esencial para ser una buena líder, resumiéndolo en cinco puntos clave:
Con humildad y firmeza, Nuria expresa su orgullo por haber representado a México en cuatro Juegos Olímpicos. Aunque sus logros son significativos, su mayor deseo es inspirar a más personas —especialmente mujeres jóvenes— para que se atrevan a luchar por sus sueños, sin importar cuán complejos o lejanos parezcan.
En resumen, su experiencia en la Universidad Anáhuac México refleja su compromiso con los valores del deporte. Como líder tanto dentro como fuera del agua, Nuria Diosdado representa la coherencia entre el éxito profesional, el crecimiento personal y el impacto positivo en la comunidad.