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La contaminación del aire aumenta el riesgo de demencia, según un estudio global

Contaminación aire

Redacción | Sábado 26 de julio de 2025

Un estudio revela que la exposición prolongada a la contaminación del aire aumenta el riesgo de demencia, afectando especialmente a poblaciones en países de altos ingresos. Se requieren políticas para reducir esta amenaza.



Un análisis revela la conexión entre la contaminación del aire y el riesgo de demencia

Las demencias, como la enfermedad de Alzheimer, afectan a más de 57.4 millones de personas en todo el mundo, y se prevé que esta cifra casi se triplique alcanzando los 152.8 millones para el año 2050. Las consecuencias son devastadoras no solo para los individuos afectados, sino también para sus familias y la sociedad en su conjunto.

A pesar de que algunos estudios sugieren una disminución en la prevalencia de demencia en Europa y América del Norte, lo que podría indicar un posible descenso en el riesgo a nivel poblacional, en otras regiones las perspectivas son menos alentadoras.

La contaminación del aire como factor de riesgo

Recientemente, la contaminación del aire ha sido identificada como un factor de riesgo significativo para desarrollar demencia. Varios estudios han señalado diferentes contaminantes como responsables; sin embargo, la solidez de las evidencias y la capacidad para establecer una relación causal han variado considerablemente.

En un artículo publicado en The Lancet Planetary Health, investigadores del MRC Epidemiology Unit de la Universidad de Cambridge llevaron a cabo una revisión sistemática y un meta-análisis para profundizar en esta relación. Este enfoque les permitió combinar estudios que individualmente podrían no haber proporcionado suficiente evidencia y que a veces presentaban resultados contradictorios.

El análisis incluyó un total de 51 estudios, abarcando datos de más de 29 millones de participantes expuestos a contaminantes atmosféricos durante al menos un año, principalmente provenientes de países con altos ingresos. De estos, 34 trabajos fueron considerados para el meta-análisis: 15 procedentes de América del Norte, 10 de Europa, siete de Asia y dos de Australia.

Contaminantes específicos asociados a la demencia

Los investigadores encontraron una asociación positiva y estadísticamente significativa entre tres tipos de contaminantes del aire y el desarrollo de demencia:

  • Material particulado con un diámetro inferior a 2.5 micrones (PM2.5): Este contaminante está compuesto por partículas tan pequeñas que pueden ser inhaladas profundamente en los pulmones. Proviene de diversas fuentes, incluyendo emisiones vehiculares, plantas energéticas y procesos industriales.
  • Dióxido de nitrógeno (NO2): Un contaminante clave derivado de la quema de combustibles fósiles, presente especialmente en los gases de escape diésel e industrial.
  • Soot (hollín): Generado por emisiones vehiculares y la quema de madera, puede agravar enfermedades respiratorias e incrementar el riesgo cardiovascular.

Los resultados indican que por cada 10 microgramos por metro cúbico (?g/m³) adicionales de PM2.5, el riesgo relativo de demencia aumenta un 17%. Para el NO2, cada incremento similar eleva el riesgo en un 3%.

Dra. Haneen Khreis, autora principal del estudio, enfatiza: “La evidencia epidemiológica es crucial para determinar si la contaminación del aire incrementa el riesgo de demencia.” Además, subrayó los múltiples beneficios que podría traer abordar este problema desde diversas áreas sociales y económicas.

Mecanismos propuestos detrás del vínculo entre contaminación y demencia

Diversos mecanismos han sido sugeridos para explicar cómo la contaminación puede contribuir al desarrollo de demencias, principalmente a través de procesos inflamatorios en el cerebro y estrés oxidativo. Estos factores son bien conocidos por su papel en la aparición y progresión de enfermedades neurodegenerativas.

A pesar del avance en esta investigación, los autores señalan que los grupos estudiados eran predominantemente blancos y residentes en países ricos. Por ello, hacen un llamado urgente a incluir mejor representación étnica y geográfica en futuros estudios sobre este tema crítico.

Dra. Clare Rogowski, coautora del estudio, concluye: “Reducir la exposición a estos contaminantes clave podría aliviar significativamente la carga social asociada con la demencia.” Es evidente que se requieren intervenciones políticas tanto regionales como internacionales para enfrentar este desafío ambiental equitativamente.

Cabe destacar que mientras se ha observado un aumento del riesgo asociado a estas sustancias contaminantes respecto a Alzheimer, parece ser más pronunciado en casos relacionados con demencia vascular.

Dra. Christiaan Bredell, también coautor del trabajo, recalca: “Estos hallazgos subrayan la necesidad urgente de adoptar un enfoque interdisciplinario para prevenir la demencia.” La prevención no debe recaer únicamente sobre el sistema sanitario; es esencial integrar aspectos como planificación urbana y políticas ambientales.

Financiación: Esta investigación fue respaldada por el Consejo Europeo de Investigación dentro del programa Horizon 2020 y por el marco Horizon Europe de la Unión Europea.

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