Un estudio revela que la dieta japonesa, rica en miso, pescado y soja, puede reducir significativamente los síntomas depresivos en adultos, sugiriendo su potencial en estrategias de salud pública.
Un reciente estudio publicado en la National Library of Medicine ha revelado que la dieta japonesa, tanto en su versión tradicional como en la modificada, podría tener un impacto significativo en la reducción de los síntomas depresivos. Este efecto es especialmente notable entre las personas en edad laboral, quienes consumen alimentos típicos como la sopa de miso, el pescado, las algas y la soja.
La investigación se llevó a cabo en Japón con una muestra de 12.499 participantes, de los cuales el 30,9 % presentó síntomas depresivos. La media de edad de los involucrados era de 42,5 años y las mujeres representaban el 12 % del total. Se observó que aquellos con mayor adherencia a la dieta japonesa, ya sea tradicional o modificada, tendían a ser mayores, poseer un nivel educativo más alto y llevar un estilo de vida más activo.
El análisis concluyó que las probabilidades de experimentar síntomas depresivos disminuyeron significativamente con el seguimiento de la dieta tradicional japonesa. Este hallazgo también se aplicó a quienes seguían una versión modificada de dicha dieta.
Estos resultados podrían servir como base para desarrollar estrategias de salud pública que busquen reducir la depresión mediante una adecuada nutrición.
Los autores del estudio calcularon puntuaciones dietéticas para ambas versiones: la tradicional y la modificada. La dieta tradicional japonesa incluye nueve elementos fundamentales, tales como:
En contraste, su versión modificada incorpora once elementos adicionales, incluyendo arroz integral o mínimamente procesado, así como frutas, verduras crudas y productos lácteos.
Aparte de sus efectos sobre los síntomas depresivos, la dieta japonesa es rica en componentes nutricionales que ofrecen múltiples beneficios para la salud:
Dada esta evidencia, queda claro que adoptar elementos de la dieta japonesa podría ser un enfoque efectivo para mejorar no solo la salud física sino también el bienestar emocional.
La dieta tradicional japonesa incluye 9 elementos: arroz blanco, sopa de miso, productos de soja, verduras cocidas, setas, algas, pescado, alimentos salados y té verde. Su versión modificada incluye 11 elementos, entre ellos arroz integral o mínimamente procesado en lugar de arroz blanco, así como frutas, verduras crudas y productos lácteos.
La dieta japonesa podría tener un efecto significativo en la reducción de los síntomas depresivos. Se ha observado que las personas con mayor adherencia a esta dieta presentan menos probabilidades de desarrollar síntomas depresivos.
Los ácidos grasos omega-3 presentes en el pescado tienen propiedades antiinflamatorias y favorecen el funcionamiento del cerebro. Además, los antioxidantes del té verde y las verduras ayudan a reducir el estrés oxidativo. La fibra dietética de la soja, setas y algas marinas puede favorecer la salud intestinal y influir en el estado de ánimo.