Un estudio de la EU-OSHA revela que la gestión algorítmica en el trabajo incrementa el estrés, pero su transparencia puede mitigar efectos negativos. Se enfatiza la importancia de la participación laboral en esta gestión.
La presencia de la Inteligencia Artificial (IA) en nuestras vidas y, en particular, en el ámbito laboral es un fenómeno cada vez más evidente. Este avance tecnológico ha generado un debate sobre su gestión y sus implicaciones en el bienestar de los trabajadores. En este contexto, se hace necesario exigir una administración equilibrada que no solo sea eficaz y eficiente, sino también justa para la mayoría.
Las empresas a menudo consideran como información reservada los detalles sobre cómo utilizan sistemas algorítmicos e IA para gestionar procesos laborales. Esta falta de transparencia puede dar lugar a conflictos legales, como lo demuestra la reciente Sentencia de la Audiencia Nacional 101/2025, que abordó la negativa de una empresa del sector de contact centers a informar a los representantes sindicales sobre el uso de algoritmos para gestionar descansos laborales.
En este caso, la empresa había admitido previamente el uso del sistema algorítmico en otro proceso judicial (SAN 142/2024). La falta de respuesta adecuada a las solicitudes del sindicato llevó a este último a interponer una demanda colectiva, resultando en una sentencia favorable para la representación laboral. La decisión subraya el derecho de los representantes sindicales a recibir información sobre los parámetros que afectan su trabajo, así como la condena a la empresa por violar la libertad sindical.
Este derecho informativo también debe extenderse a las personas delegadas en prevención de riesgos laborales y al Comité de Seguridad y Salud en el Trabajo. Según el artículo 33 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (LPRL), se reconoce incluso un derecho activo a consultar sobre nuevas tecnologías que puedan impactar en la seguridad y salud laboral.
El informe titulado “Gestión algorítmica y sistemas basados ??en IA como una nueva forma de organización del trabajo” elaborado por la Agencia Europea de Seguridad y Salud en el Trabajo (EU-OSHA), resalta cómo estos sistemas pueden influir en factores psicosociales relacionados con la salud laboral. Asimismo, un documento de la OIT reafirma que aunque la gestión por IA tiene potencial para mejorar el bienestar laboral, también introduce nuevos riesgos que deben ser gestionados mediante políticas proactivas.
Entre las estrategias más efectivas para equilibrar los efectos negativos y positivos de esta carga algorítmica se destaca la participación activa de las estructuras representativas de los trabajadores. Las encuestas europeas han demostrado que las empresas con representación laboral son generalmente más seguras y saludables.
A pesar del reconocimiento generalizado de estas necesidades, existen obstáculos significativos para que las estructuras representativas identifiquen y prevengan riesgos psicosociales derivados del uso de IA en el trabajo. El conflicto mencionado anteriormente es un claro ejemplo de estas dificultades. Sin embargo, está claro que involucrar a los trabajadores es crucial para optimizar tanto el uso empresarial de la IA como su impacto positivo en el bienestar.
El Comité Económico y Social Europeo ha expresado su apoyo hacia una inteligencia artificial beneficiosa para los empleados, promoviendo mecanismos que maximicen su potencial mientras minimizan riesgos asociados. Esto incluye no solo políticas laborales relacionadas con el empleo, sino también aquellas enfocadas en seguridad y bienestar laboral.