La inteligencia artificial (IA) puede transformar la gobernanza en las juntas directivas, mejorando el acceso a información y permitiendo un análisis más profundo, aunque también plantea nuevos riesgos que deben gestionarse adecuadamente.
Las juntas directivas son diversas, pero comparten tres activos fundamentales que potencian su efectividad. En primer lugar, cuentan con experiencias profundas y variadas que enriquecen su juicio empresarial. En segundo lugar, adoptan un enfoque a largo plazo y global para evaluar el éxito de la organización. Por último, colaboran estrechamente con la gestión, manteniendo al mismo tiempo una separación adecuada de las operaciones diarias, lo que les permite ofrecer perspectivas y formular preguntas desafiantes sobre la estrategia.
La inteligencia artificial (IA) puede mejorar significativamente estas funciones críticas del consejo al abordar el persistente problema de la asimetría de información entre la junta y la dirección. Aunque las capacidades de IA ofrecen oportunidades para los consejos, también pueden generar nuevos riesgos que tanto la junta como la gestión deben anticipar y gestionar en conjunto.
En la actualidad, el consejo recibe casi toda su información del equipo directivo. Si bien muchos equipos son diligentes en proporcionar datos y responder rápidamente a las consultas del consejo, en ocasiones la información carece de contexto o perspectivas alternativas que pueden limitar la capacidad del consejo para obtener una visión completa para tomar decisiones. Estas dinámicas crean inherentemente un problema de agencia, ya que el consejo depende de información proveniente precisamente del equipo que debe supervisar, lo que puede comprometer su capacidad para ejercer un juicio independiente.
La IA tiene el potencial de transformar esta dinámica fundamentalmente. Los directores pueden utilizarla para comparar más fácilmente las divulgaciones públicas y consultar datos del mercado, proporcionando así una base independiente para contrastar con lo que presenta la dirección. También pueden aplicar IA para analizar los propios datos históricos de la empresa que han sido proporcionados al consejo en paquetes o comunicaciones, permitiendo visiones longitudinales del rendimiento que podrían no haberse sintetizado previamente. Aplicaciones más avanzadas de IA podrían permitir a los directores poner a prueba estrategias, combinando información pública y privada para evaluar supuestos o identificar riesgos.
A pesar de sus beneficios, el uso de IA también introduce nuevos riesgos. A medida que los miembros del consejo amplían su uso de esta tecnología en sus responsabilidades fiduciarias, surgirán interrogantes sobre cómo utilizarla responsablemente junto a los riesgos legales asociados. Los equipos directivos deben desarrollar nuevas maneras de gestionar el flujo modificado de información entre ellos y el consejo. Asimismo, los asesores legales deben facilitar estas discusiones y establecer procedimientos que respalden un uso estratégico de la IA mientras mitigan responsabilidades legales.
Para integrar responsablemente la IA en los procesos y flujos laborales del consejo, es fundamental adoptar un marco proactivo desarrollado en colaboración con el CEO y la dirección. Este marco debe estar informado por partes interesadas clave como el abogado general y otros asesores legales. Establecer protocolos claros sobre cómo se utilizará la IA ayudará a mitigar riesgos potenciales mientras se aprovechan al máximo sus beneficios transformadores.
No existe un enfoque único para integrar la IA en la gobernanza del consejo. Sin embargo, es crucial iniciar esta conversación ahora—antes de que surja una cuestión urgente—para establecer procesos claros sobre cómo apoyará la supervisión del consejo. Al abordar cuidadosamente el problema de agencia e impulsar diálogos más informados e independientes dentro del consejo gracias a la IA, se puede fortalecer significativamente la gobernanza y reforzar la colaboración entre juntas directivas y equipos directivos.