La Universidad de Comillas ha inaugurado un nuevo Espacio de Investigación y Transferencia, un edificio reformado que simboliza su compromiso con la investigación. El rector, Antonio Allende, destacó la importancia del espacio como reflejo de la diversidad investigadora de la institución. Diseñado por el estudio ETRA, el edificio cuenta con áreas luminosas, salas de reunión y una terraza. Esta inauguración marca un hito en la historia del campus y cierra la carrera del aparejador Miguel Ángel Rodríguez-Torices.
El rector de la Universidad Comillas, Antonio Allende, SJ, llevó a cabo la inauguración de un nuevo edificio durante un evento donde las autoridades presentes pudieron apreciar la reforma integral del espacio. En sus declaraciones, Allende destacó: “Cuando Comillas crea edificios nuevos no es únicamente por necesidad, sino para reflejar lo que somos. El objetivo de este nuevo centro refleja uno de los principales propósitos de la universidad: la investigación”. Además, subrayó que “la investigación en Comillas es muy rica, plural y está por todas partes. Sin embargo, a veces se necesitan símbolos, y este edificio lo es”, enfatizó el rector.
Posteriormente, el vicedecano de la Facultad de Derecho Canónico, Miguel Campo, SJ, junto al director de Comillas Espiritualidad, Lluis Salinas, SJ, realizaron la bendición del nuevo espacio.
El Espacio de Investigación y Transferencia se sitúa en la calle Rey Francisco, 4. Este edificio fue anteriormente sede de las antiguas Construcciones Aeronáuticas y fue adquirido por Comillas en 1997. A lo largo del tiempo ha desempeñado diversas funciones, aunque su uso principal ha sido como aulario.
El estudio de arquitectura ETRA ganó el concurso para el diseño del nuevo edificio con una propuesta que incluía la transformación de la planta semisótano en una planta noble, ahora denominada «espacio 0». Este nuevo espacio otorga una gran relevancia a la luz natural gracias a una escalera con barandilla transparente que permite el paso de luz cenital proveniente de una vidriera recuperada del edificio original. También se han mantenido elementos arquitectónicos como la fachada y otra vidriera en la sala de juntas. El edificio está equipado con numerosos puestos de trabajo, salas y cabinas individuales para reuniones, así como una cafetería y una terraza en su última planta.
Un dato interesante es que el aparejador Miguel Ángel Rodríguez-Torices, quien realizó la reforma en 1997 cuando se adquirió el edificio, concluye su carrera profesional tras muchas colaboraciones con Comillas con este proyecto.