El Comité Económico y Social Europeo propone acciones urgentes para abordar la crisis del costo de vida en Europa, enfocándose en la protección de grupos vulnerables y la promoción de la equidad.
El Comité Económico y Social Europeo (CESE) ha adoptado un conjunto de recomendaciones respaldadas por la sociedad civil para abordar la crisis del costo de vida, en un contexto marcado por el aumento de las facturas energéticas, la inaccesibilidad de la vivienda y el incremento continuo de los precios de los alimentos. Este pronunciamiento forma parte de un paquete más amplio del CESE que propone acciones urgentes tanto a nivel europeo como nacional, con el objetivo de proteger a los grupos vulnerables, fomentar la equidad y construir una resiliencia económica y social a largo plazo.
La crisis del costo de vida, que se desató tras la pandemia de COVID-19 y se intensificó debido a la guerra en Ucrania, ha puesto al descubierto las debilidades significativas en los sistemas económicos y sociales europeos. El aumento descontrolado de los costos energéticos, junto con el encarecimiento de los alimentos y la escasez de viviendas, ha afectado gravemente a millones de personas, especialmente a aquellas con ingresos bajos. “Aunque la inflación ha comenzado a desacelerarse, los precios siguen muy por encima de los niveles previos a la crisis. Esto no solo afecta a los más vulnerables, sino que también golpea el núcleo de nuestra sociedad”, afirmó Thomas Kattnig, relator del Grupo II. “Necesitamos mejorar el acceso a viviendas asequibles, impulsar la creación de empleos de calidad e incrementar la inversión en servicios públicos y preparación”.
En este marco, el dictamen titulado «Recomendaciones de la sociedad civil organizada para abordar la crisis del costo de vida» sostiene que es necesario ir más allá del alivio temporal. Se requiere una inversión sostenida, servicios públicos más robustos y coherencia en las políticas que aborden las dimensiones económicas, sociales y ambientales.
Cambios necesarios
Para ayudar a los hogares a afrontar esta situación y preparar a Europa para futuros desafíos, el CESE señala varias áreas clave para reformar:
El dictamen pone especial énfasis en la vivienda, considerada una fuente creciente de inseguridad para muchos europeos. Krzysztof Balon, relator del Grupo III afirma: "Estamos pidiendo un aumento masivo en viviendas asequibles y sociales, prestando especial atención a [la situación] de jóvenes y personas con discapacidad. También recomendamos revisar las normas sobre ayudas estatales en la UE para permitir un apoyo más flexible hacia iniciativas habitacionales".
La creación de empleo y el acceso al trabajo decente son vistos como centrales tanto para la recuperación económica como para la resiliencia social. El CESE promueve salarios justos, políticas laborales inclusivas y un fuerte respaldo hacia la economía social. Además, se identifica la inversión en habilidades y educación —especialmente en aprendizaje continuo— como clave para ayudar a las personas a adaptarse al cambiante mercado laboral.
Aparte del alivio inmediato necesario, el CESE argumenta que es esencial adoptar un modelo económico europeo más integrado y orientado hacia el futuro. "Fortalecer el Mercado Único, promover inversiones y garantizar unas finanzas públicas sostenibles son considerados críticos para lograr prosperidad a largo plazo", explicó Krister Andersson, relator del grupo I. "Al mismo tiempo, las transiciones verde y digital deben gestionarse asegurando competitividad europea y una sólida base industrial que proteja también la cohesión social". El CESE advierte sobre decisiones cortoplacistas e insiste en evaluar cómo las políticas afectan tanto a los grupos vulnerables actuales como a las generaciones futuras.
El mensaje del CESE es claro: Europa debe ver esta crisis no solo como una advertencia sino como una oportunidad para redefinir su futuro económico y social. Con una combinación adecuada de visión, inversión e inclusión, la UE puede salir fortalecida, más justa y resiliente.