La aplicación Code Farm enseña pensamiento computacional a niños de 5 y 6 años a través de mini-juegos interactivos, demostrando que pueden aprender sin saber leer o escribir.
La aplicación educativa Code Farm, creada para niños de 5 a 6 años, se ha convertido en una herramienta innovadora que fomenta el pensamiento computacional a través de siete mini-juegos interactivos. Los resultados obtenidos en las pruebas realizadas indican que los pequeños pueden participar en estas actividades sin necesidad de saber leer o escribir.
El pensamiento computacional es considerado una habilidad esencial en el siglo XXI, ya que implica la capacidad de resolver problemas de manera lógica y creativa. La pregunta que surge es: ¿puede un videojuego enseñar a pensar como un programador a niños tan jóvenes? Esta inquietud es abordada por Code Farm, una aplicación desarrollada por investigadoras del grupo LITE de la Universidad Rey Juan Carlos, dentro del marco del proyecto europeo Erasmus+ CoTEDI. Este proyecto se centra en el uso de diversos recursos educativos, como juegos de mesa y videojuegos, para potenciar las habilidades relacionadas con el pensamiento computacional.
La creadora de Code Farm, Gema Jiménez, quien cuenta con un doble grado en Criminología e Ingeniería Informática, ha diseñado esta aplicación para tabletas con el objetivo de enseñar pensamiento computacional mediante juegos interactivos adaptados a la temática agrícola. “Cada juego está orientado hacia una habilidad específica como la abstracción, descomposición de problemas, algoritmia, depuración de errores y análisis de datos”, explica Jiménez. Entre las actividades propuestas se encuentran emparejar animales con formas geométricas (abstracción) o guiar a una gallina para que coloque huevos en casillas concretas (secuenciación).
Para evaluar la efectividad de estos mini-juegos en el desarrollo de habilidades computacionales, se llevaron a cabo sesiones observacionales con 104 alumnos entre cinco y siete años del colegio Pedro Duque, ubicado en Vicálvaro, Madrid. Durante estas sesiones, los niños exploraron libremente las diferentes actividades interactivas. A pesar de algunos retos complicados, los participantes mostraron gran entusiasmo y lograron comprender rápidamente las dinámicas del juego, alcanzando los objetivos propuestos sin necesidad de leer o escribir.
Como resultado de esta investigación, Gema Jiménez ha publicado sus hallazgos y presentado los resultados en la conferencia europea Technology Enhanced Learning (EC-TEL 2025). Uno de los principales logros de Code Farm radica en demostrar que la tecnología puede ser una herramienta valiosa para el aprendizaje desde edades tempranas, siempre que esté adaptada a las capacidades cognitivas infantiles. “Hemos desarrollado una aplicación que permite a los más pequeños aprender mientras se divierten”, afirma Jiménez. “Los mini-juegos fomentan competencias clave de forma lúdica y accesible, alineándose con los objetivos curriculares de educación infantil y primaria en España”, añade.
Los resultados obtenidos evidencian que este tipo de iniciativas no solo preparan a los niños para un futuro digital, sino que también potencian habilidades fundamentales como el pensamiento crítico y la colaboración mientras aprenden jugando.