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Impacto económico incierto de la inteligencia artificial según Daron Acemoglu

Incentidumbre IA. Imagen generada por COPILOT

Economía IA

Redacción | Sábado 07 de diciembre de 2024

El economista Daron Acemoglu analiza los efectos económicos de la inteligencia artificial (IA), destacando la incertidumbre sobre su impacto real. Aunque se prevé un aumento modesto del PIB entre 1.1% y 1.6% en la próxima década, Acemoglu advierte que el enfoque actual de la IA tiende a reemplazar trabajos en lugar de complementarlos. Propone una adopción más gradual de la tecnología para maximizar beneficios y evitar daños sociales.



La inteligencia artificial (IA) ha sido objeto de intensas conversaciones sobre su potencial para transformar el mundo, pero sus efectos económicos siguen siendo inciertos. A pesar de la **masiva inversión** en IA, existe poca claridad sobre los resultados que se pueden esperar.

El análisis de la IA se ha convertido en una parte fundamental del trabajo del economista galardonado con el Nobel, Daron Acemoglu. Como profesor en el MIT, Acemoglu ha investigado durante mucho tiempo el impacto de la tecnología en la sociedad, abarcando desde la adopción a gran escala de innovaciones hasta estudios empíricos sobre cómo los robots afectan al empleo.

En octubre, Acemoglu recibió junto a dos colaboradores el Premio Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas en Memoria de Alfred Nobel 2024, por su investigación sobre la relación entre las instituciones políticas y el crecimiento económico. Su trabajo demuestra que las democracias con derechos robustos sostienen un mejor crecimiento a lo largo del tiempo que otras formas de gobierno.

Efectos medibles de la IA

Desde 1947, el crecimiento del PIB en EE.UU. ha promediado aproximadamente un 3% anual, con un crecimiento de productividad cercano al 2%. Algunas predicciones sugieren que la IA podría duplicar este crecimiento o al menos crear una trayectoria más alta. Sin embargo, en un artículo titulado “La macroeconomía simple de la IA”, publicado en agosto en Economic Policy, Acemoglu estima que, durante la próxima década, la IA generará un “incremento modesto” del PIB entre un 1.1% y un 1.6%, con una ganancia anual aproximada del 0.05% en productividad.

Esta evaluación se basa en estimaciones recientes sobre cuántos empleos podrían verse afectados por la IA. Un estudio de 2023 indica que alrededor del **20%** de las tareas laborales en EE.UU. podrían estar expuestas a capacidades de IA. Otro estudio realizado por investigadores del MIT FutureTech y otros encuentra que aproximadamente el **23%** de las tareas relacionadas con visión por computadora podrían automatizarse rentablemente dentro de los próximos diez años.

¿Qué trabajos se verán afectados?

Realizar tales estimaciones puede agudizar nuestra comprensión sobre la IA. Muchas previsiones han descrito a la IA como revolucionaria; sin embargo, otros análisis son más cautelosos. El trabajo de Acemoglu nos ayuda a entender qué cambios podríamos esperar a gran escala.

“Si miramos hacia 2030”, plantea Acemoglu, “¿qué tan diferente crees que será la economía estadounidense debido a la IA? Podrías ser un optimista total y pensar que millones habrán perdido sus empleos debido a chatbots, o quizás algunos se hayan convertido en trabajadores superproductivos gracias a la IA.” Sin embargo, él no cree que esto sea así: “La mayoría de las empresas seguirán haciendo más o menos lo mismo”.

A pesar de esto, es probable que AI impacte ciertas tareas administrativas donde grandes cantidades de poder computacional pueden procesar datos más rápido que los humanos.

Utilidad de las máquinas versus reemplazo laboral

Acemoglu señala una preocupación crucial respecto a si la IA será utilizada para aumentar la productividad laboral o si simplemente buscará imitar una inteligencia general para reemplazar puestos humanos. Hasta ahora, considera que las empresas se han centrado más en esta última opción.

“Mi argumento es que actualmente estamos tomando una dirección equivocada con respecto a la IA”, afirma Acemoglu. “Estamos utilizando demasiado para automatización y no lo suficiente para proporcionar información y experiencia a los trabajadores.”

En su libro “Power and Progress” (PublicAffairs), Acemoglu y Johnson abordan esta cuestión: ¿la tecnología genera crecimiento económico y quién se beneficia realmente? Ellos abogan por innovaciones tecnológicas que aumenten la productividad laboral mientras mantienen empleos activos.

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