Estudiantes de diez universidades europeas participan en los Cursos de Verano de la UCM, explorando el desarrollo de una inteligencia artificial ética centrada en el bienestar social.
Treinta y nueve estudiantes de diez universidades europeas se han reunido en el aula Monasterio del hotel Exe Victoria Palace, ubicado en San Lorenzo de El Escorial, con un objetivo claro: explorar cómo puede desarrollarse una inteligencia artificial más ética. Este grupo de alumnos, beneficiarios de becas completas y alojamiento, participa en el curso titulado “Una Europa’s data science and Artificial Intelligence Challenge for Social Welfare”, que cuenta con la organización y financiación de Una Europa, Bosch y el proyecto Alfie.
Ángel González Prieto, director del curso junto a Juan Antonio Recio García, profesor del Departamento de Álgebra, Geometría y Topología, ha señalado que esta iniciativa forma parte de las actividades promovidas por el comité de Ciencia Artificial para Una Europa. Este año, la UCM coordina un challenge itinerante entre diversas universidades de la alianza. Originalmente concebida como una actividad aislada, se ha integrado en los Cursos de Verano de la Complutense gracias al apoyo financiero de Bosch, facilitado por Recio García, quien también dirige la cátedra extraordinaria “Bosch-UCM en inteligencia artificial aplicada a Internet de las cosas”.
El propósito del challenge es claro: “desafiar a los estudiantes con problemas relacionados con la inteligencia artificial desde una perspectiva social. Esto incluye abordar cuestiones que afectan a ciertos grupos sociales o estratos infrarrepresentados, donde algunos algoritmos pueden no funcionar adecuadamente”, ha explicado González Prieto.
Los participantes se han organizado en grupos de seis para trabajar en diferentes proyectos que serán presentados ante sus compañeros. Como novedad este año, se contará con un panel compuesto por seis jóvenes diseñadores que supervisarán la ética de las soluciones propuestas, asegurándose de que cumplan con los principios establecidos para una inteligencia artificial orientada al bienestar social.
La diversidad del grupo es notable; hay estudiantes con formación técnica así como otros provenientes de campos como el derecho, filosofía, ética, ciencias sociales e incluso ciencias de la salud. Según González Prieto, “en esta diversidad radica la riqueza; si bien una persona técnica puede desarrollar estrategias efectivas en IA, es fundamental incorporar perspectivas sociales y éticas”.
A lo largo del curso se ofrecerán charlas destinadas a fomentar un lenguaje común entre los participantes con distintas experiencias. Estas conferencias abarcarán desde introducciones a la IA hasta debates sobre desafíos éticos específicos asociados a su implementación.
El curso se imparte en inglés, considerado la lengua común en el ámbito científico. De acuerdo con González Prieto, “más del 80% de los asistentes son extranjeros”, lo que contribuye a crear un ambiente extremadamente heterogéneo y multicultural. Esta diversidad cultural promete generar ideas innovadoras para abordar los retos planteados por la inteligencia artificial.