El pasado miércoles, la Escuela de Salud Pública y el Departamento de Bioética y Humanidades Médicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile organizaron un encuentro que reunió a académicos y especialistas para discutir el rol de la ética en el desarrollo de las neurociencias y neurotecnologías. Este evento se llevó a cabo en un contexto marcado por avances científicos acelerados y tensiones geopolíticas.
La fecha del seminario coincidió con un hito histórico: el 80 aniversario del lanzamiento de la bomba atómica sobre Hiroshima. La Dra. Ana María Arriagada, directora del Departamento de Bioética y Humanidades Médicas, recordó este acontecimiento al señalar que “este hecho nos recuerda cómo el desarrollo científico y tecnológico, cuando no está guiado por principios éticos, puede ser utilizado en contra del propio ser humano, con consecuencias devastadoras”. La académica enfatizó que es crucial anticipar las preguntas éticas que surgen con los avances en neurociencia.
Por su parte, la Dra. Lorena Rodríguez Osiac, directora de la Escuela de Salud Pública, destacó que “hablar de ética en relación a la neurociencia y la tecnología es un tema muy exigente”. Resaltó además que los desafíos éticos también están relacionados con las inequidades generadas por estas tecnologías, sugiriendo que los beneficios deben ser accesibles a todos.
Análisis sobre Neurociencias: Avances y Desafíos Éticos
La primera presentación titulada “¿Qué son las neurociencias?: avances y desafíos”, fue ofrecida por Fernando René Estévez Abad, médico cirujano especializado en Neurología. Estévez compartió su trayectoria personal desde su interés inicial por el cerebro hasta sus reflexiones sobre las implicancias éticas en su investigación. “El problema no es la tecnología. El problema es cómo y para qué la estamos usando”, advirtió, señalando el riesgo de que las neurotecnologías sean desarrolladas sin la participación activa de médicos.
El especialista también abordó el impacto de la inteligencia artificial en este campo, indicando que “quien maneje esos datos tendrá una ventaja significativa”. Afirmó que las neurotecnologías pueden ser utilizadas tanto para fines médicos como para manipular pensamientos y comportamientos humanos, lo cual plantea importantes interrogantes éticas.
A continuación, Valentina Fajreldín Chuaqui presentó “Neurociencias: una mirada desde la salud pública”. Esta antropóloga social advirtió sobre los riesgos éticos, políticos y sociales asociados a estas tecnologías. “No basta con regular o legislar; necesitamos involucrar a la ciudadanía y al Estado en esta discusión”, enfatizó, subrayando que los beneficios deben llegar al sector público y no limitarse al ámbito privado.
Dilemas Emergentes en Neuroética y Bioética
En su intervención titulada “Neuroética, bioética y neuroprotección”, Manuel Eduardo Guerrero Antequera, sociólogo con formación en bioética clínica, alertó sobre los dilemas presentados por las tecnologías emergentes. “Son tecnologías inacabadas; aún no podemos prever sus consecuencias”, afirmó Guerrero. Destacó cómo estas herramientas pueden afectar la autonomía individual al manipular aspectos biológicos fundamentales.
Añadió que es esencial fomentar un debate democrático alrededor de estos temas para mitigar miedos e informar adecuadamente a la sociedad sobre lo que estas tecnologías pueden lograr. La falta de discusión abierta podría llevar a decisiones poco informadas respecto al uso de estas innovaciones.
El seminario concluyó con una mesa moderada por Blanca Bórquez Polloni, quien resaltó la importancia de democratizar el debate sobre estos avances tecnológicos. “Las decisiones trascendentales no están siendo discutidas abiertamente en nuestra sociedad”, indicó Bórquez Polloni, instando a una mayor participación pública en estos asuntos críticos.
Este encuentro dejó claro que los avances en neurociencias requieren no solo investigación e innovación constante, sino también una reflexión ética continua para asegurar que estos desarrollos estén orientados hacia el bienestar humano.