Los jóvenes buscan ser líderes empáticos que fomenten un entorno de crecimiento y propósito en un mundo digitalizado. Durante el debate organizado por The Valley, se discutieron las prioridades del nuevo liderazgo, que incluyen gestionar el cambio, desarrollar inteligencia emocional, adoptar tecnología estratégicamente y promover la diversidad. Según informes recientes, el 61% de los líderes empresariales anticipa reestructuraciones significativas para adaptarse a las transformaciones tecnológicas. Las nuevas generaciones valoran más el bienestar emocional y el aprendizaje continuo que las jerarquías tradicionales, lo que redefine el rol del líder hacia uno más humano y tecnológicamente preparado.
Durante la reciente mesa de debate titulada ‘¿De qué tienen que preocuparse los nuevos líderes?’, organizada por The Valley, se discutieron las principales preocupaciones que enfrentarán los referentes del presente y del futuro.
Las nuevas generaciones muestran un claro rechazo hacia el liderazgo tradicional. Estas cohortes desestiman las jerarquías rígidas, priorizando el bienestar emocional y valorando más el sentido de propósito que el estatus. Optan por entornos colaborativos y flexibles que ofrezcan oportunidades reales para el aprendizaje continuo. Esta perspectiva está transformando la figura del líder, quien ya no se define únicamente por su control o autoridad, sino por su capacidad de guiar desde la empatía, fomentar el desarrollo del talento y generar confianza en un contexto diverso y en constante cambio. Además, el crecimiento de áreas como la inteligencia artificial y la ciberseguridad ha incrementado la demanda de habilidades técnicas en sectores STEM, lo que exige un liderazgo más híbrido, humano y tecnológicamente preparado.
Según el informe Future of Jobs 2023 del Foro Económico Mundial, un notable 61% de los líderes empresariales considera que sus organizaciones deberán reestructurarse significativamente en los próximos años para adaptarse a las transformaciones tecnológicas. Asimismo, el estudio indica que habilidades como el pensamiento analítico, la creatividad, la inteligencia emocional y un liderazgo centrado en las personas están siendo cada vez más solicitadas. Por otro lado, el informe de Tendencias en Capital Humano 2024 de Deloitte revela que el 74% de las empresas están reconsiderando sus modelos de liderazgo para atender las nuevas demandas de flexibilidad, inclusión y aprendizaje continuo.
En este contexto, durante la mesa de debate ¿De qué tienen que preocuparse los nuevos líderes?, participaron destacados expertos como Ana Gobernado Hernández (Managing Partner en IBM Consulting), Miguel Venegas Carrasco (Presidente de Valorian), Remedios Orrantia (Global HR Director en Vodafone Technology) y Adolfo Ramírez (senior advisor en transformación empresarial). De esta conversación emergieron siete prioridades fundamentales que deben estar en el centro del nuevo liderazgo:
A medida que avanzamos hacia un futuro incierto pero lleno de posibilidades, estas prioridades se perfilan como esenciales para formar líderes capaces de guiar a sus organizaciones hacia nuevos horizontes.
Los jóvenes no aspiran a convertirse en jefes tradicionales; rechazan las jerarquías rígidas y priorizan el bienestar emocional, valorando más el propósito que el estatus. Prefieren entornos colaborativos y flexibles que ofrezcan oportunidades de aprendizaje continuo.
Se identificaron siete prioridades centrales para el nuevo liderazgo: gestionar el cambio constante, desarrollar inteligencia emocional y empática, adoptar tecnología con sentido estratégico, fomentar el aprendizaje continuo y desarrollo del talento, promover diversidad e inclusión, ejercer un liderazgo ético y transparente, y cuidar el bienestar y la salud mental de los equipos.
La inteligencia emocional permite a los líderes comprender las emociones y necesidades de sus equipos, generando entornos psicológicamente seguros. Esto se ha convertido en un activo estratégico para atraer y retener talento, especialmente en tiempos de incertidumbre.
El 61% de los líderes empresariales considera que sus organizaciones necesitarán reestructurarse significativamente para adaptarse a las transformaciones tecnológicas. Esto incluye desarrollar habilidades como pensamiento analítico, creatividad e inteligencia emocional.
La diversidad debe ser entendida como un catalizador de innovación y competitividad. Los equipos diversos toman mejores decisiones, pero es fundamental que los líderes eliminen barreras estructurales y garanticen un entorno inclusivo donde todas las voces sean escuchadas.