Más de 600.000 personas en España, principalmente mujeres, trabajan en el sector de los cuidados, enfrentando precariedad laboral, bajos salarios y falta de reconocimiento, lo que afecta su salud y bienestar.
En España, más de 600.000 personas, en su mayoría mujeres, se dedican diariamente a la labor de cuidar. Estas trabajadoras forman parte del Sistema para la Autonomía y Atención a la Dependencia (SAAD). Sin embargo, detrás de esta actividad esencial se esconde una realidad laboral caracterizada por la precariedad, el desgaste tanto físico como emocional, y una alarmante falta de reconocimiento.
La “Estrategia estatal para un nuevo modelo de cuidados en la comunidad. Un proceso de desinstitucionalización (2024-2030)” destaca la importancia de las personas cuidadoras, lo que hace imprescindible conocer las condiciones en las que operan quienes sostienen este sector vital.
Un reciente informe elaborado por Afi, 40dB y SiiS, bajo el impulso de la Secretaría de Estado de Derechos Sociales, proporciona cifras y testimonios sobre esta situación. El estudio revela que el 85% del empleo formal en cuidados está ocupado por mujeres, muchas de ellas mayores de 45 años, y una de cada cuatro proviene del extranjero. A pesar de su vocación, estas trabajadoras enfrentan salarios que pueden ser hasta 10.000 € inferiores a la media nacional, contratos temporales, jornadas parciales involuntarias y una carga laboral que supera lo estipulado.
Las repercusiones son alarmantes: el 42% de las trabajadoras entre 45 y 65 años padece dolor lumbar crónico, mientras que el 23%