Las comunidades de aves costeras en el mar Báltico, del Norte y Mediterráneo occidental están en recuperación, gracias a políticas ambientales efectivas, aunque persisten amenazas en algunas áreas.
Las comunidades de aves costeras en Europa están experimentando una notable recuperación, según un estudio que abarca casi 70 años de observaciones en las mares Báltica, del Norte y Mediterránea occidental. Este análisis, liderado por el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto con el Instituto Cavanilles de Biodiversidad y Biología Evolutiva de la Universidad de Valencia (UV), ha registrado más de 56,000 observaciones que evidencian un aumento promedio del 1.7% en el número de especies y del 2.7% en la cantidad de individuos.
Los avances en la recuperación de estas comunidades se atribuyen a políticas ambientales más rigurosas, así como a iniciativas que promueven la restauración de hábitats, la creación de áreas protegidas y la prohibición de la caza. Sin embargo, los resultados también indican que esta mejora no ha sido uniforme a lo largo del tiempo ni del espacio.
A pesar del progreso observado, el estudio publicado en la revista Global Change Biology revela que en el 5% de las zonas analizadas, la riqueza de especies sigue disminuyendo, mientras que en el 13% restante se registra una caída en el número total de individuos. Según Carlos Cano-Barbacil, investigador del MNCN y principal autor del estudio, “la recuperación ha sido irregular; por ejemplo, en el mar Báltico se produjo un aumento significativo entre 1990 y 2015”. En contraste, las poblaciones parecen más estables en el mar del Norte y han mostrado mejoras limitadas en la Mediterránea occidental desde los años 90.
A pesar de que la protección legal ha favorecido principalmente a las poblaciones reproductoras en áreas protegidas, también se han observado incrementos similares en localidades no protegidas. Por ejemplo, las aves marinas que anidan en los puertos de Valencia y Castellón han mostrado cambios significativos: un aumento anual del 3.4% en el número de especies nidificantes y un impresionante 37.9% en la abundancia de reproductores.
Especies amenazadas, como la gavina corsa y el charrán patinegro, han encontrado refugio exitosamente en estos puertos gracias a restricciones al acceso humano y a la ausencia generalizada de depredadores terrestres. Miguel Ángel Gómez Serrano, investigador del Instituto Cavanilles y coautor del estudio, subraya que “las aves han hallado tranquilidad para reproducirse con éxito” debido a estas condiciones favorables.
No obstante, las aves costeras enfrentan amenazas persistentes como la sobreexplotación marina, contaminación ambiental y cambio climático. Los resultados obtenidos confirman que las políticas europeas —como la Directiva Aves— están dando frutos; sin embargo, los investigadores advierten sobre los peligros aún presentes: transformación litoral, sobrepesca y especies invasoras siguen siendo retos importantes.
El equipo investigador recopiló datos desde 1957 hasta 2024 aplicando modelos estadísticos para evaluar cambios tanto en riqueza como diversidad de especies e individualidades. Además, se examinó el efecto específico de las áreas protegidas comparando tendencias durante épocas reproductivas e invernales.
Este trabajo forma parte del proyecto europeo MARCO-BOLO (Marine COastal BiOdiversity Long-term Observations), donde también colaboran universidades como las de Valencia y Murcia junto al Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC).
Referencia artículo: Cano-Barbacil et al., "Almost seven decades of coastal bird community recovery across three European seas", Global Change Biology.