Carmen Sarabia, decana de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Cantabria, destaca que aprender nuevas tecnologías es beneficioso para el cerebro y contribuye a un envejecimiento saludable. En su conferencia inaugural de los Cursos de Verano en Camargo, abordará la importancia del aprendizaje y uso adecuado de estas herramientas, así como su impacto en la salud y bienestar. También enfatiza la necesidad de una buena alimentación y actividad física para un envejecimiento óptimo.
“El aprendizaje de nuevas tecnologías, que avanzan a un ritmo vertiginoso, es un excelente entrenamiento para el cerebro. Cuando el cerebro envejece adecuadamente, el resto del cuerpo también lo hace”. Así se expresa Carmen Sarabia, decana de la Facultad de Enfermería de la Universidad de Cantabria (UC), quien sostiene que dominar las nuevas tecnologías beneficia nuestra salud mental.
Palabras como “adaptación”, “flexibilidad” y “aprendizaje” son fundamentales en su discurso. Durante la conferencia titulada Hacia un futuro libre de dependencia en la vejez, ¿utopía o realidad?, Sarabia abrirá la programación de los Cursos de Verano de la UC en Camargo, que este año incluye siete monográficos, siete charlas y un taller práctico sobre reanimación cardiopulmonar (RCP).
La decana aclara: “No se trata de buscar la eterna juventud, aunque eso es lo que subyace tras muchas tecnologías actuales. Hablamos de conceptos como biohacking, que implica modificar nuestra biología para frenar o incluso revertir el envejecimiento”. Su ponencia se centrará en cómo utilizar las tecnologías para envejecer saludablemente. Este evento está programado para el martes 1 de julio a las 19:00 horas en el Centro Municipal de Empresas de Camargo y cuenta con el apoyo de la Dirección General de Dependencia del Gobierno de Cantabria.
“¿Hacia dónde nos llevan estas nuevas tecnologías? A un mundo donde la robótica juega un papel crucial en nuestras vidas. Desde prótesis biónicas que mejoran la movilidad hasta implantes cerebrales que pueden ayudar con enfermedades como el Parkinson o Alzheimer”, explica Sarabia. Menciona a Elon Musk y su proyecto Neuralink como ejemplos del potencial futuro.
Además, destaca el uso prometedor de la nanotecnología: “Imaginemos ingerir una pastilla compuesta por nanorobots capaces de detectar anomalías o aplicar tratamientos localizados”. La experta resalta cómo estas innovaciones pueden mejorar significativamente las prácticas sanitarias.
Sarabia asegura que estas tecnologías, incluyendo inteligencia artificial y software avanzado, permitirán a los profesionales de la salud ser más eficientes en sus diagnósticos. “No sustituirán a los médicos, sino que complementarán su labor, mejorando así la atención al paciente”, afirma.
La decana enfatiza que la tecnología no es intrínsecamente buena o mala; todo depende del uso que se le dé: “A lo largo de la historia, cada avance tecnológico ha tenido sus detractores y defensores. Por ejemplo, con la imprenta de Gutenberg, hubo quienes celebraron su capacidad para difundir conocimiento y otros que temían su potencial para propagar ideas nocivas”.
Sarabia sostiene que un uso correcto implica aprender a buscar información adecuada y utilizarla como un apoyo complementario en lugar del centro de nuestras vidas. Las redes sociales han permitido una mayor conexión global pero también han contribuido al aislamiento social y a la difusión de desinformación.
A pesar de los desafíos que plantea la tecnología, Sarabia observa aspectos positivos: “La adolescencia actual está más conectada e informada. Sorprendentemente, muestran una solidaridad mayor que generaciones anteriores; ahora es común ver cómo alguien pide ayuda en un reel de TikTok y recibe apoyo inmediato”.
Aunque reconoce los efectos negativos del aislamiento social entre jóvenes debido a las pantallas, también valora las oportunidades que ofrecen para acceder a información y crear conexiones significativas.
Sarabia menciona dos elementos clave para un envejecimiento saludable: actividad física y alimentación adecuada. Advierte sobre los peligros asociados con los alimentos ultraprocesados: “Estos productos aceleran problemas como la obesidad, diabetes e hipertensión”. Sugiere regular estrictamente estos alimentos perjudiciales para proteger nuestra salud.
Llama a fomentar desde temprana edad hábitos alimenticios saludables en las escuelas. Los niños están expuestos desde pequeños a alimentos altamente procesados que generan adicción, contribuyendo así a una creciente epidemia de obesidad infantil.
Sarabia concluye destacando el papel fundamental del ejercicio físico en nuestro bienestar: “No se trata solo de ir al gimnasio, sino de mantener una actividad física constante adaptada a cada persona”. Resalta cómo la tecnología puede motivar esta práctica mediante aplicaciones y redes sociales donde se comparten consejos sobre ejercicios adecuados.
Carmen Sarabia, decana comprometida con el bienestar social y personal, aboga por un enfoque equilibrado hacia las nuevas tecnologías y hábitos saludables para asegurar un envejecimiento pleno y saludable.