El MIT Living Climate Futures Lab aborda el cambio climático desde una perspectiva humanizada, fomentando colaboraciones comunitarias y enfoques interdisciplinarios para enfrentar los desafíos cotidianos que genera.
El Laboratorio de Futuros Climáticos Vivos del MIT adopta un enfoque centrado en el ser humano para abordar uno de los desafíos más grandes que enfrenta el mundo: el cambio climático. Este laboratorio integra la experiencia de diversas disciplinas dentro del MIT, con el objetivo de explorar cómo este fenómeno afecta la vida cotidiana.
Según Chris Walley, profesor distinguido de antropología y director del laboratorio, las metas principales del LCFL son tres: “abordar cómo se manifiesta el cambio climático en la vida diaria, enfocarse en asociaciones comunitarias y fomentar conversaciones interdisciplinarias sobre el cambio climático en el campus”. Walley considera que esta dirección es crucial para el MIT y representa una declaración fuerte sobre la necesidad de un trabajo interdisciplinario centrado en el ser humano para enfrentar este problema.
Walley lidera el LCFL junto a un grupo de 19 colegas y investigadores. El laboratorio comenzó a tomar forma en 2022, cuando miembros del MIT que ya trabajaban con comunidades afectadas por problemas climáticos organizaron un simposio, invitando a agricultores urbanos, grupos ambientales locales y otros actores relevantes. Desde entonces, se han consolidado esfuerzos que representan diversas disciplinas dentro de la Escuela de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales (SHASS) del instituto.
Amah Edoh, antropóloga cultural y directora ejecutiva del LCFL, destaca que la colaboración con organizaciones comunitarias y la creación de clases de aprendizaje experiencial buscan cerrar la brecha entre lo académico y la realidad. “A veces nos encontramos en una burbuja donde solo conversamos con otros académicos o profesionales de nuestro campo. Puede haber una desconexión entre lo que los estudiantes aprenden de manera abstracta y la experiencia real de los problemas”, comenta Edoh.
Edoh enfatiza que los efectos del cambio climático abarcan múltiples áreas como la salud, la seguridad alimentaria, los medios de vida, la vivienda y las estructuras de gobernanza. “El Laboratorio de Futuros Climáticos Vivos apoya a los investigadores del MIT en desarrollar colaboraciones a largo plazo con socios comunitarios esenciales para identificar adecuadamente y responder a los desafíos que crea el cambio climático en la vida cotidiana”, señala.
Manduhai Buyandelger, profesora de antropología y participante activa en el LCFL, ha desarrollado una clase innovadora llamada 21A.S01 (Antropología e Ingeniería: Descarbonización a Escala Millonaria), que ha dado lugar a cursos relacionados. Su objetivo es “fusionar innovación tecnológica con entornos centrados en las personas”. Junto al profesor Mike Short, Buyandelger trabaja estrechamente con residentes de Ulaanbaatar, Mongolia, para desarrollar un banco térmico de sal fundida como fuente reutilizable de energía.
"Mi trabajo con Mike Short sobre energía y calefacción alternativa en Mongolia ayuda a cultivar una nueva generación de ingenieros creativos y socialmente conscientes que priorizan a las personas al pensar en soluciones técnicas", afirma Buyandelger. Además, añade: "En nuestro curso, colaboramos para crear métodos interdisciplinarios donde fusionamos métodos antropológicos con innovaciones ingenieriles para ampliar nuestra aproximación a mitigar el cambio climático".