Riders y repartidores digitales: riesgos laborales invisibles

Cuando el algoritmo marca el ritmo

Las calles de nuestras ciudades son recorridas a diario por riders y repartidores de plataformas como Glovo, Uber Eats o Amazon Flex. Estos trabajadores enfrentan condiciones climáticas adversas, riesgos de tráfico y una presión constante para cumplir con los tiempos de entrega. A pesar de su papel esencial en la economía actual, su situación laboral, frecuentemente disfrazada como la de falsos autónomos, dificulta su acceso a una protección adecuada en materia de Prevención de Riesgos Laborales.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT), en su informe de 2021, identifica el trabajo en plataformas digitales como un sector emergente que requiere atención específica en salud y seguridad laboral. La imagen del repartidor joven y flexible contrasta con la realidad de un colectivo marcado por la precariedad y un modelo algorítmico que ejerce un control invisible sobre ellos.

Testimonios desde la trinchera urbana

Los relatos de quienes trabajan sobre dos ruedas revelan una realidad llena de estrés, exposición física y falta de protección:

• “He llegado a hacer turnos de 12 horas. El calor, la lluvia, el tráfico… nada importa. Lo que importa es no bajar en el ranking”, confiesa un rider.
• “Trabajo incluso con fiebre. Si no salgo a la calle, no ingreso nada. Y si no hago pedidos durante varios días, me penalizan”, relata Hassam, otro rider.
• “No hay manera de descansar: si no estás conectado, no cobras. Si descansas mucho, te bajan de nivel”, señala una repartidora.
• “Después de un accidente, ni siquiera preguntaron cómo estaba. No hay seguro, no hay mutua, no hay nada”, expresa otro trabajador.

Estos testimonios reflejan patrones estructurales comunes en toda España: largas jornadas sin descansos adecuados, penalizaciones invisibles y accidentes sin cobertura. Un sistema que convierte el trabajo en un juego algorítmico cuyas consecuencias son profundamente humanas.

Enfermedades profesionales que acechan en silencio

A pesar de que el Real Decreto 1299/2006 no menciona específicamente las patologías derivadas del trabajo en plataformas digitales, las condiciones laborales actuales cumplen con todos los criterios para originar enfermedades profesionales. Informes e investigaciones han evidenciado un patrón claro: los repartidores están expuestos a riesgos físicos y organizativos que impactan directamente su salud.

• Trastornos músculo-esqueléticos: Las posturas forzadas y el uso prolongado de bicicletas o motocicletas provocan lumbalgias y lesiones cervicales.
• Estrés térmico: Los riders enfrentan condiciones ambientales extremas sin protección adecuada, aumentando el riesgo de deshidratación y golpes de calor.
• Riesgo cardiovascular: La combinación del esfuerzo físico intenso con la presión por cumplir tiempos estrictos puede afectar gravemente al sistema cardiovascular.

Accidentes laborales graves

Un informe reciente revela que más del 55% de los riders encuestados ha sufrido algún tipo de accidente laboral. De estos incidentes, más del 20% no recibió asistencia médica ni cobertura por parte de sus empresas. Esta alarmante tendencia pone en evidencia que los repartidores carecen tanto de protección ante accidentes como del respaldo necesario tras sufrirlos.

A medida que se intensifican las preocupaciones sobre la seguridad laboral en este sector, casos recientes como el atropello mortal de un rider en Madrid subrayan que la siniestralidad es un problema estructural más que individual.

Ley Rider: ¿una solución efectiva?

Aprobada en mayo de 2021, la Ley Rider, o Real Decreto-ley 9/2021, busca regular las relaciones laborales entre plataformas digitales y sus trabajadores. Sin embargo, su implementación ha sido parcial; más del 60% continúa operando fuera del Régimen General. Esto limita su acceso a medidas preventivas esenciales como vigilancia sanitaria o formación en prevención.

Prevenir es posible: buenas prácticas y propuestas

Diversos países europeos ya aplican medidas específicas para proteger a los repartidores digitales. En Francia se ha reconocido formalmente su relación laboral con las plataformas; Países Bajos implementa seguros obligatorios; e Italia cuenta con convenios colectivos enfocados en seguridad y salud.

En España es urgente proporcionar equipos adecuados a los riders y garantizar pausas durante sus jornadas laborales. La formación previa en seguridad vial también es fundamental para abordar los riesgos asociados al trabajo digital.

Conclusión: ¿Cuánto más puede esperar la ley?

A medida que los riders continúan recorriendo nuestras calles bajo condiciones precarias, se acumulan riesgos significativos para su salud física y mental. Este problema no es nuevo ni invisible; existen datos concretos y vidas afectadas por esta desprotección sistemática. Reconocer las enfermedades profesionales asociadas al trabajo digital debe ser una prioridad para garantizar derechos laborales dignos.

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