Un equipo de investigadores de la Universitat de Lleida (UdL), junto con la Griffith University de Australia, el Woodwell Climate Research Center de Estados Unidos y el Sukachev Institute of Forest de la Academia Rusa de Ciencias, ha desarrollado un innovador Índice de Estabilidad Forestal (FSI). Este índice tiene como objetivo medir la evolución temporal de los bosques a partir de variables fisiológicas del dosel arbóreo y su estrés hídrico.
La creación del FSI permite obtener información crucial sobre el estado y la dinámica de degradación o recuperación de los bosques. Este método ha sido probado en Siberia, proporcionando datos relevantes para iniciativas de restauración ecológica, reforestación y conservación. Los resultados han sido publicados recientemente en la revista Ecological Indicators.
Nuevas perspectivas sobre la salud forestal
El equipo ha aplicado índices de estabilidad utilizando datos obtenidos desde la órbita terrestre mediante sensores del espectroradiómetro MODIS entre 2003 y 2020 en Siberia boreal. Esta región alberga casi una quinta parte de la superficie forestal mundial y ha experimentado múltiples usos y perturbaciones desde mediados del siglo XX. Además, contiene numerosos bosques primarios, que se caracterizan por su regeneración natural, así como bosques antiguos, que no han sufrido alteraciones evidentes durante al menos 80-100 años.
Estos tipos de bosques son más resilientes y resistentes a los efectos del cambio climático en comparación con aquellos modificados por actividades humanas. A través del análisis satelital, se ha evaluado la fracción de radiación activa fotosintéticamente absorbida por la vegetación (fPAR) y el índice de estrés hídrico infrarrojo (SIWSI).
Análisis profundo sobre patrones forestales
Los resultados indican que los bosques en las regiones central y meridional de la taiga contienen las áreas más estables, aunque también existen zonas perturbadas con menor estabilidad. El estudio revela diferentes patrones sobre el estado de los bosques en toda Siberia boreal. Según Tatiana Shestakova, investigadora postdoctoral Beatriu de Pinós en el departamento de Ciencia e Ingeniería Forestal y Agrícola de la UdL, “las tendencias del FSI son útiles para distinguir entre bosques estables e inestables, considerando tanto las perturbaciones pasadas como las futuras”.
Los factores que contribuyen a la inestabilidad forestal incluyen procesos ecológicos naturales como el drenaje de humedales e incendios forestales, así como impactos humanos directos como la tala y desbroce. “Estos hallazgos complementan otros análisis a gran escala sobre el estado actual de los bosques”, añade Shestakova.
Implicaciones para la gestión sostenible
La investigadora enfatiza que aplicar este índice en otras regiones boscosas puede ser clave para informar decisiones sobre gestión sostenible de recursos naturales, incluyendo el establecimiento y aplicación de áreas protegidas. “Se puede hacer un seguimiento efectivo de las iniciativas de restauración forestal y optimizarlas mediante esta métrica, priorizando áreas con alta estabilidad”, explica.
Las conclusiones del estudio destacan que el índice basado en series temporales fPAR y SIWSI proporciona información valiosa sobre cómo responden los ecosistemas forestales a diversas perturbaciones naturales y antrópicas. Según el artículo, “el FSI ofrece una visión integral del estado forestal ante el cambio global”.