La Universidad Católica San Antonio de Murcia ha sido escenario de una significativa jornada de fe y comunión en el contexto del Jubileo de la Esperanza. En esta ocasión, cerca de 300 miembros del Personal de Administración y Servicios se han embarcado en una marcha jubilar que les ha llevado a recorrer a pie los aproximadamente 9 kilómetros que separan el Monasterio de Los Jerónimos, sede central de la UCAM, de la emblemática Catedral de Murcia.
A pesar de las altas temperaturas y la elevada humedad que caracterizaban la mañana de septiembre, el entusiasmo y la determinación de los peregrinos han sido palpables durante todo el trayecto. La entrada a la Catedral estuvo liderada por María Dolores García, presidenta de la UCAM; Josefina García, rectora de la universidad; junto a diversas autoridades académicas y responsables del servicio. En esta ocasión, la Santa Misa se celebró en presencia de la imagen de la Virgen de la Fuensanta, quien regresará a su santuario este martes con motivo de la tradicional romería del mes.
Peregrinación con un profundo significado espiritual
La Eucaristía fue concelebrada por Luis Emilio Pascual, capellán mayor de la UCAM, y José Alberto Cánovas, vicerrector de Asuntos Religiosos. Este acto estuvo cargado de espiritualidad y subrayó el compromiso continuo de la Universidad con su dimensión pastoral y su vocación evangelizadora.
La participación activa del Personal de Administración y Servicios refleja no solo un sentido comunitario, sino también una conexión profunda con las tradiciones religiosas que marcan el calendario litúrgico. La marcha hacia la Catedral simboliza un viaje no solo físico, sino también espiritual, donde cada paso representa un acto de fe compartido entre los miembros de esta institución educativa.
Un evento que refuerza los valores universitarios
A través de iniciativas como esta, la UCAM reafirma su papel como un centro educativo comprometido con los valores humanos y espirituales. La celebración del Jubileo no solo es una oportunidad para fortalecer los vínculos dentro de la comunidad universitaria, sino también para fomentar un ambiente donde se priorizan los principios cristianos en cada acción emprendida.
Así, el camino hacia la Catedral se convierte en una metáfora del recorrido académico y personal que cada miembro vive en su día a día, impulsando a todos hacia un futuro lleno de esperanza y colaboración mutua.
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