Cerca de un centenar de estudiantes de la Universidad Católica de Valencia (UCV) y otras instituciones académicas se han comprometido este verano con las personas en riesgo de exclusión social y la rehabilitación de viviendas afectadas por la DANA. Esta iniciativa, conocida como ‘Verano solidario’, se llevará a cabo durante los meses de julio y agosto y está compuesta por trece proyectos destinados a ayudar a diversos colectivos vulnerables en localidades como Valencia, Aldaia, Alzira, Algemesí, Picassent y Viver.
El programa es coordinado por el Servicio de Voluntariado y Cooperación Universitaria del Vicerrectorado de Estudiantes y Vida Universitaria. Según Santiago de Hevia, responsable del servicio, esta acción refleja el compromiso de la UCV por fomentar la participación activa del alumnado en entornos vulnerables. El objetivo es **atender necesidades reales** a nivel local mientras se ofrece a los voluntarios una oportunidad para su crecimiento personal.
Proyectos destacados en 'Verano Solidario'
Entre las iniciativas que se desarrollarán destaca ‘¡Juego a la vista!’, una escuela de verano para menores provenientes de familias vulnerables; ‘Sonrisas que curan’, un programa de voluntariado hospitalario con niños ingresados; y ‘Campamento Penitenciario’, que propone actividades recreativas en el centro penitenciario de Picassent. Otras acciones incluyen ‘De la calle al corazón’, centrada en personas sin hogar; ‘Idinea-Alzira’, dedicada al ocio inclusivo para personas con diversidad funcional; y ‘Entre generaciones’, que promueve el acompañamiento en residencias de mayores.
Además, se llevarán a cabo actividades como ‘Ocio ¡Sin etiquetas!’, ‘Por Mamá’ e ‘Integrando con deporte’. Estas propuestas están diseñadas para ofrecer apoyo a personas vulnerables en el entorno más cercano.
Colaboraciones con entidades sociales
Los proyectos contarán con la colaboración de diversas entidades sociales que aportarán su experiencia y respaldo. Entre ellas se encuentran: Pastoral Penitenciaria del Arzobispado de Valencia, Mensajeros de la Paz, Asociación Alter, entre otras. De Hevia subraya que esta edición ofrece una amplia variedad de opciones adaptadas a las diferentes disponibilidades del alumnado, permitiendo así que todos puedan participar.
“La solidaridad no tiene vacaciones”, afirma De Hevia, quien recalca la importancia de mantener el compromiso social incluso durante los meses estivales. “Las necesidades continúan aunque las rutinas cambien”, añade, enfatizando que estas experiencias permiten al alumnado conectar con realidades cercanas y vulnerables.
Impacto personal del voluntariado
El impacto del voluntariado en los estudiantes es significativo. De Hevia menciona cómo muchos jóvenes experimentan un cambio profundo al involucrarse en estos proyectos: “Es emocionante ver cómo abren los ojos a realidades más allá de sí mismos”. Para él, el voluntariado no solo consiste en ayudar, sino también en **encontrarse con los demás**.
En cuanto a los valores promovidos por esta experiencia, De Hevia asegura que están alineados con principios como la justicia social y la solidaridad. El voluntariado encarna estos valores al traducirlos en acciones concretas al servicio del prójimo.
Inscripciones abiertas para un verano solidario
Los interesados pueden inscribirse hasta el 25 de junio para formar parte del programa. El Servicio de Voluntariado y Cooperación Universitaria invita a todos los estudiantes a unirse a esta noble causa y hacer que su verano sea realmente solidario.
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