Las mujeres migrantes marroquíes que trabajan como temporeras en Huelva y Almería se encuentran en una situación de vulnerabilidad extrema, expuestas a la explotación sexual y al reclutamiento por parte de redes de tráfico de personas. Esta alarmante realidad ha sido documentada en un estudio liderado por la profesora de la Facultad de Enfermería y Fisioterapia de la Universidad de Lleida (UdL), Erica Briones Vozmediano, cuya investigación ha sido publicada en la revista científica Women’s Studies International Forum.
El trabajo, que incluye la colaboración de investigadores de la Universidad de Almería, denuncia las severas condiciones de precariedad que enfrentan estas mujeres al decidir quedarse en España de manera irregular con el objetivo de mejorar su calidad de vida y la de sus familias. A través de entrevistas a 26 mujeres, cuyas edades oscilan entre los 26 y 50 años y que residen en asentamientos rurales, se revela un panorama desolador.
Condiciones Inhumanas y Explotación Laboral
Todas las participantes son madres, con entre uno y cuatro hijos, y presentan un nivel educativo bajo; solo cuatro tienen estudios primarios. Las testimonios recogen situaciones insostenibles: viven en entornos insalubres sin acceso a agua potable, electricidad o saneamiento. Además, muchas han sufrido engaños laborales, violencia sexual y presiones psicológicas, frecuentemente sin ningún tipo de apoyo institucional o sanitario.
Las temporeras relatan experiencias de explotación o abuso sexual por parte de supervisores, compañeros o incluso gestores de invernaderos. Según el estudio, «muchas participantes se han sentido coaccionadas a utilizar sus cuerpos como moneda de cambio para obtener un contrato laboral». La presión financiera al finalizar su trabajo les lleva a aceptar ofertas laborales que parecen legítimas pero que desembocan en situaciones abusivas.
Impacto en la Salud y Demandas Institucionales
La explotación sexual tiene consecuencias devastadoras para la salud física, mental y emocional de estas mujeres. Entre los problemas más comunes se encuentran infecciones de transmisión sexual y interrupciones voluntarias del embarazo. También se reportan trastornos del sueño y ansiedad. La investigación advierte que «la falta de conocimiento y el miedo limitan su capacidad para buscar atención médica».
El equipo investigador hace un llamado urgente a las instituciones para implementar estrategias preventivas y protectoras, así como revisar las políticas migratorias para salvaguardar el bienestar de estas temporeras. Este estudio forma parte del proyecto Migración y trabajo agrícola en España: precariedad sociolaboral y salud, cofinanciado por la Unión Europea.