La lèpre, una enfermedad infecciosa crónica provocada por la bacteria Mycobacterium leprae, sigue afectando a cerca de 200,000 personas cada año en todo el mundo. Su tratamiento es conocido por ser largo y complicado, ya que requiere la combinación de varios antibióticos durante un periodo de un año. Además, los efectos secundarios y el desarrollo de resistencia a los antibióticos limitan su eficacia, lo que hace urgente la búsqueda de nuevas alternativas terapéuticas.
Recientemente, un equipo de investigación del Centro de Inmunología y Enfermedades Infecciosas (Sorbonne Université / Inserm / CNRS) ha participado en un ensayo clínico en Mali para evaluar la efectividad de la bédacuilina, un antibiótico utilizado principalmente en el tratamiento de tuberculosis resistente. Este fármaco ha mostrado resultados prometedores en experimentos previos relacionados con la lèpre.
Nuevas esperanzas en el tratamiento de la lèpre
En este ensayo clínico, se administró bédacuilina a 30 pacientes diagnosticados con lèpre. Los participantes recibieron un tratamiento inicial de ocho semanas con monoterapia de bédacuilina, seguido por la poliquimioterapia recomendada por la Organización Mundial de la Salud. Se realizaron biopsias cutáneas antes, durante y después del tratamiento para evaluar tanto la cantidad como la viabilidad de las bacterias mediante diversas técnicas, incluyendo microscopía y PCR cuantitativa.
Los resultados obtenidos tras este tratamiento han sido alentadores. Se observó una notable reducción en la carga bacteriana y una disminución significativa en la viabilidad de los bacilos; solo una biopsia mostró presencia de bacterias viables tras el tratamiento. Además, la mayoría de los pacientes no presentaba signos clínicos activos de la enfermedad al finalizar el estudio.
Perspectivas futuras para el tratamiento
A pesar del éxito inicial, estos resultados deben ser confirmados en ensayos más amplios para validar tanto la eficacia como la seguridad del uso de bédacuilina en el tratamiento de la lèpre. Sin embargo, los hallazgos sugieren una posible reducción en la duración del tratamiento y una mejor gestión frente a las formas resistentes, ofreciendo así nuevas esperanzas para esta enfermedad a menudo olvidada.