Un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Warwick, la Universidad de Bielefeld y la Universidad de Greifswald ha analizado datos de 1,103 participantes del Panel Socioeconómico Alemán (SOEP) y del Estudio Longitudinal de Hogares del Reino Unido ‘Understanding Society’ (UKHLS). Los hallazgos revelan que la satisfacción con la vida alcanza su punto más alto, en promedio, durante el año posterior a que las parejas comienzan a vivir juntas. Posteriormente, este nivel se mantiene considerablemente por encima del que se reporta durante la vida en solitario durante varios años.
La profesora Anu Realo, coautora del estudio, señala: “La transición de la vida en solitario a una relación comprometida provoca un aumento sostenido en la satisfacción vital, al menos durante los primeros años, y no solo un breve ‘efecto luna de miel’.” Este resultado desafía la noción tradicional de que las personas regresan rápidamente a un estado base genéticamente determinado de bienestar tras eventos positivos o negativos en sus vidas.
El mayor aumento en la satisfacción con la vida se produce al pasar de estar soltero a estar en una relación. Si esta relación comenzó un año antes de mudarse juntos, la convivencia simplemente estabiliza ese nivel positivo, que perdura al menos dos años, según el periodo evaluado por el estudio. Además, se indica que el matrimonio incrementó significativamente la satisfacción vital en las décadas de 1980 y 1990 más que en la actualidad, lo que refleja una disminución en su importancia general.
Aumento Sostenido en la Satisfacción Vital
Dr. Usama EL-Awad, primer autor del estudio y miembro de la Facultad de Psicología y Ciencias del Deporte en Bielefeld, explica: “El inicio de una relación es un punto decisivo para la satisfacción vital, y uno positivo. Mudarse juntos aporta estabilidad sobre todo. Esto es evidente en los datos.” Agrega que “el matrimonio tiene menos relevancia en los primeros años de una relación hoy en día que anteriormente, probablemente debido a cambios sociales y a una creciente aceptación de las parejas no matrimoniales.”
Los resultados del estudio muestran una conexión clara entre vivir en pareja y el bienestar personal. La psicóloga Dr. Theresa Entringer, de la Universidad de Greifswald y del Instituto Alemán de Investigación Económica (DIW), añade: “Es notable que la satisfacción vital mejora igualmente entre todos los grupos estudiados con el inicio de una relación y al mudarse juntos; este aumento es independiente de edad, sexo, ingresos o educación.”
En resumen, los hallazgos indican que comenzar una relación romántica y vivir juntos está asociado con un aumento significativo en la satisfacción vital, alcanzando su pico durante el año de convivencia. Sin embargo, el efecto positivo adicional del matrimonio ha sido menos pronunciado en décadas recientes. Este cambio sugiere que, en las sociedades occidentales contemporáneas, convivir puede llevar consigo el compromiso simbólico que antes se asociaba exclusivamente al matrimonio.
Importancia Duradera de las Relaciones Estables
Profesor Sakari Lemola, autor principal del estudio y profesor en Bielefeld, concluye: “Incluso en nuestra era digital, las relaciones siguen siendo centrales para el bienestar.” Resalta que “la necesidad de tener una pareja estable está profundamente arraigada. Se observa a través de diversas culturas e incluso entre especies animales monógamas como cisnes, albatros y pingüinos.”
FINALES
El artículo titulado “Mapping Life Satisfaction Over the First Years of Cohabitation Among Former Singles Living Alone in UK and Germany” ha sido publicado en el Journal of Personality.