Francisca Lozano, profesora del Grado en Criminología de la Universidad “Francisco de Vitoria”, presentó un enfoque innovador sobre la justicia restaurativa, destacando su aplicación en España y su relevancia en contextos como México y América Latina. Durante su conferencia titulada “Justicia restaurativa: Prácticas comunes”, Lozano enfatizó la necesidad de centrar la atención en la reparación del daño y la participación activa tanto de las víctimas como de los ofensores.
La actividad fue organizada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la Universidad Veracruzana (UV), en colaboración con la Universidad Anáhuac de Xalapa. El objetivo principal fue difundir las prácticas más comunes de justicia restaurativa que se llevan a cabo en España, al mismo tiempo que se generaba un espacio para reflexionar sobre su pertinencia en el contexto mexicano y latinoamericano.
Lozano subrayó que tanto en México como en España existe una predominante cultura punitiva, lo que hace urgente abrir espacios para sensibilizar a la ciudadanía, especialmente a la comunidad universitaria, sobre alternativas para gestionar el delito. “Es importante transmitir esta idea y abrir las mentes; en un contexto universitario es esencial, porque los futuros profesionales tienen la responsabilidad de difundir la justicia restaurativa”, afirmó.
La Justicia Restaurativa como Alternativa al Castigo
Durante su exposición, Lozano explicó que este enfoque permite devolver el protagonismo a las personas involucradas en el conflicto –tanto víctimas como ofensores– y facilita la reparación del daño causado. Hizo un llamado a los estudiantes de derecho y a quienes trabajan en gestión del delito para asumir el compromiso de impulsar cambios legislativos e institucionales. “Si no cambiamos las leyes, es muy difícil que pueda haber una verdadera incorporación de la justicia restaurativa en el sistema judicial”, advirtió.
Asimismo, abordó algunas prácticas ampliamente extendidas en España relacionadas con la justicia restaurativa, tales como la mediación penal –también conocida como mediación víctima-ofensor– y la mediación penitenciaria, implementada desde 2005 en cárceles españolas. Esta última promueve la resolución de conflictos entre personas privadas de libertad.
Lozano también destacó que estas prácticas han comenzado a desarrollarse en México, particularmente en el Estado de México. Además, mencionó experiencias excepcionales, como los encuentros restaurativos entre víctimas y exintegrantes del grupo Euskadi Ta Askatasuna (ETA), destinados a facilitar el diálogo y reparar emocionalmente tras actos de violencia extrema.
Programas Innovadores y Enfoques Inclusivos
Entre las iniciativas compartidas por Lozano se encuentra el programa “Restauravidas: integración en el país de origen”, que involucra a personas españolas encarceladas en el extranjero –incluido México–. Este proyecto ha estado activo desde 2018 en dos prisiones madrileñas, una dedicada exclusivamente a mujeres. El programa trabaja con individuos detenidos por delitos relacionados con el tráfico de drogas que han sido repatriados tras cumplir condenas en países como Brasil o Perú.
El enfoque del programa combina cuatro ejes: el restaurativo, el psicológico –coordinado por Lozano misma–, el jurídico y el reinsertador. Al concluir su intervención, Francisca Lozano enfatizó que aunque la justicia restaurativa no busca reemplazar completamente al sistema penal tradicional, sí ofrece alternativas más humanas centradas en reparar daños y construir una justicia más inclusiva y participativa.
“Cuantos más profesionales jurídicos estén sensibilizados con esta visión, más posibilidades habrá de transformar el sistema”, concluyó Lozano.