Un reciente estudio ha revelado que las personas que alcanzan los **cien años de vida** presentan niveles notablemente bajos de glucosa, creatinina y ácido úrico en sangre. Esta investigación fue liderada por un equipo de la Unidad de Soporte a la Investigación Catalunya Central del Institut d’Investigació en Atenció Primària Jordi Gol (IDIAPJGol) y el Institut Català de la Salut Catalunya Central, junto con el Grupo de Investigación en Estadística, Econometría y Salud (GRECS) de la Universitat de Girona (UdG). El análisis comparó biomarcadores sanguíneos entre personas centenarias y aquellas que no llegan a esta edad.
A pesar de los hallazgos, los autores del trabajo, publicado en la revista Biogerontology, advierten que estos biomarcadores solo explican una parte del fenómeno. Es crucial considerar factores sociales además de los biológicos para entender completamente la longevidad.
Resultados del estudio sobre biomarcadores
Los resultados indican que ciertos valores intermedios de ferritina y colesterol, así como niveles bajos de glucosa, creatinina y ácido úrico, están asociados con una mayor probabilidad de vivir más de cien años. En particular, se resalta la importancia de mantener controlados los niveles de glucosa en sangre, medidos en ayuno y a través de la hemoglobina glicada (HbA1c), como un indicador clave para la supervivencia en edades avanzadas.
No obstante, los investigadores subrayan que los factores biológicos por sí solos no son suficientes para explicar la longevidad. El estudio revela que muchos centenarios provienen de contextos socioeconómicos desfavorables; por ejemplo, el 24% de ellos estaba exento de copago sanitario —un indicador claro de pobreza— frente al 3.8% entre aquellos que no alcanzaron esta edad.
El impacto del contexto social en la longevidad
Además, una proporción significativa de los centenarios estudiados residía en áreas urbanas con altos índices de desigualdad; casi un 30% vivía en zonas con elevados índices de Gini, que miden la desigualdad en la distribución del ingreso. A pesar de estas adversidades, lograron alcanzar una longevidad excepcional gracias a factores como su resiliencia biológica, un entorno comunitario favorable o un estilo de vida saludable.
Durante la pandemia por COVID-19, se observó que aquellas personas cuyas condiciones biomarcadoras mejoraron tenían mayores probabilidades de sobrevivir más tiempo, lo cual refuerza la hipótesis sobre una posible resiliencia tanto biológica como social.
Puntos clave del estudio sobre longevidad
Este es el primer estudio que examina la relación entre cambios en biomarcadores y longevidad durante la pandemia, incorporando simultáneamente datos individuales y contextuales para controlar posibles factores confusos. Manuel A Moreno, investigador del IDIAPJGol y del GRECS (UdG), enfatiza que “la longevidad no depende solo de valores clínicos, sino también del entorno donde vivimos y cómo nos adaptamos”. Se trata así mismo de un proceso multifactorial que combina aspectos biológicos, comportamentales y sociales.
Referencia del estudio:
Moreno MA, Vidal-Alaball J, Saez M, Barceló MA. Blood-based biomarkers in centenarians and non-centenarians: a matched, population-based retrospective cohort study using primary care records in Catalonia, Spain. Biogerontology. 2025 May 26;26(3):115. doi: 10.1007/s10522-025-10258-3. PMID: 40418402; PMCID: PMC12106579.
Si (
No(
