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Informe GEM España 2014: el emprendimiento en España se estabiliza aunque pierde calidad

Informe GEM España 2014: el emprendimiento en España se estabiliza aunque pierde calidad

Por Gonzalo Gómez-del Estal
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gonzaloiymagazinees/7/7/18
miércoles 15 de abril de 2015, 23:46h
El Centro Internacional Santander Emprendimiento (CISE), la Asociación RED GEM España, la Fundación Rafael del Pino y Banco Santander, a través de Santander Universidades, han presentado esta mañana el Informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM) España 2014. El informe, elaborado con datos obtenidos a partir de más de 25 mil encuestas a la población y a expertos realizadas por 15 equipos de investigadores de todo el país, recoge las principales características de la dinámica emprendedora en España.
Además de proporcionar datos estadísticos del pasado año acerca de toda la actividad vinculada al ecosistema emprendedor español el Informe GEM 2014 incorpora un monográfico sobre el Emprendimiento Social y otro que aborda la relación entre Educación y Emprendimiento en nuestro país.

La Tasa de Actividad Emprendedora española se estabiliza

Después de haber experimentado una leve caída en el año anterior, la Tasa de Actividad Emprendedo­ra (TEA) en España creció en 2014 de 5,2 a 5,4%. Esta tasa mide las iniciativas emprendedoras con menos de tres años y medio de vida en el mercado, sobre la población de 18-64 años. El ligero crecimiento de la TEA española está motivado principalmente por el incremento de emprendedo­res nacientes o personas involucradas en la puesta en marcha de negocios que recién comienzan a rodar.

Cabe destacar que desde 2011 los niveles de actividad emprendedora han oscilado entre el 5,1% y 5,8%, lo que implica cierta estabilidad en la capacidad para emprender de los españoles pese a las adversas condiciones del entorno. No obstante, estos por­centajes son inferiores a los niveles de actividad emprendedora total observados antes del comienzo de la crisis económica, entre 2006 y 2008, cuando el índice TEA llegó a superar el 7%. Los valores actuales hacen permanecer a España por debajo de la media europea y de la media de los países impulsados por la innovación -a los que pertenece-, pero por encima de otros como Italia, Alemania, Francia y Bélgica. En referencia a nuestro PIB, la tasa debería crecer hasta el 10%, el doble de los valores actuales.

Una particularidad de la composición de la activi­dad emprendedora total en los últimos años es que desde 2010 el peso relativo de los emprendedores con proyectos nacientes (menos de 3 meses) ha sido superior al peso que tienen los emprendedores que han conseguido convertir ese negocio nuevo en estable, lo que supone un ligero descenso en el conjunto de la actividad emprendedora.

Menor capacidad innovadora

GEM concibe el "intraemprendimiento" como aquella actividad emprendedora que llevan a cabo los empleados emprendedores (EEA, Entrepreneurial Employee Activity) en el interior de organizaciones exis­tentes cuando participan activamente y liderando el desarrollo de nuevos productos/servicios, o la creación de nuevas empresas bajo el paraguas de su empleador (spin-offs/spin-outs).

En los últimos tres años el 1,8% de la población adulta ha partici­pado activamente en la generación y puesta en marcha de iniciativas emprendedoras dentro de las empresas para las que trabajan. Sin embargo, esta cifra representa una caída del 33,3% en relación a 2011, cuando el porcentaje de empleados emprendedores era de 2,7%. Esto refleja una pérdida de la capacidad innovadora de las empresas.

Calidad de las nuevas empresas españolas

Si se tienen en cuenta las razones por las que las personas han decidido iniciar un proyecto de negocio, más del 65% de la TEA de 2014 corresponde a empren­dedores por oportunidad, mientras que casi el 30% a emprendedores por necesidad. Los efectos de la crisis económica se han hecho notar en la motiva­ción para emprender, ya que desde 2009 la cifra de quienes iniciaron un negocio por necesi­dad ha aumentado continuamente hasta casi duplicar­se, situando este índice en España 12 puntos por encima de la media de los países impulsados por la innovación. Por el contrario, el emprendimiento surgido a partir de oportunidades ha ido descendiendo desde el 2009 -cuando alcanzaba el 80% de la TEA- llegando a perder 15 puntos porcentuales.

Los resultados del informe reflejan estos niveles de emprendimiento por necesidad en el aumento de empresas creadas por personas desempleadas o con serias dificultades para incorporarse al mercado laboral: en numerosas ocasiones, estas empresas no son lo suficientemente competitivas como para prolongar su actividad más allá de los primeros cinco años críticos de existencia.

El perfil de los nuevos negocios creados en España corresponde al de una empresa de pequeño tama­ño (1-3 empleados) que presta servicios principalmente a consumi­dores locales y carece de una aspiración firme para crecer. Siete de cada diez nuevas empresas se con­centran en el sector de servicios, cinco de cada diez nuevos negocios pertenecen a auto-empleados (que no emplean a más personas), seis de cada diez no tienen ninguna orientación innovadora, y siete de cada diez manifiestan no tener vocación internacio­nal durante sus primeros 3-4 años de existencia. Todas ellas no son características que impulsan la competitividad en nuestro país.


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