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Mejorar la respiración nasal y adelgazar contra la apnea del sueño
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Mejorar la respiración nasal y adelgazar contra la apnea del sueño

Por Laura T. Martínez
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lauraiymagazinees/5/5/16
lunes 13 de abril de 2015, 22:13h
Un investigador de la UPV/EHU propone fórmulas para predecir el tratamiento que necesitan los pacientes con apnea del sueño severa

Jesús Antonio Hueto Prado, investigador del Departamento de Dermatología, Oftalmología y Otorrinolaringología de la UPV/EHU ha estudiado a personas con síndrome de apnea del sueño (SAHS) que siguen un tratamiento con CPAP, considerado estándar para los pacientes con apnea del sueño de grado moderado a severo. En dicho tratamiento, una máquina expulsa aire a presión y se introduce en el paciente mediante una mascarilla, para así evitar el colapso de la vía aérea, característico de esta dolencia. Dado que la tolerancia al tratamiento es un factor determinante para garantizar la mejoría de los síntomas relacionados con este trastorno, el investigador ha estudiado los factores que pueden afectar a la presión necesaria en el tratamiento.

El síndrome de apnea del sueño es el más frecuente de los trastornos respiratorios que se producen durante el sueño. Las personas que lo sufren presentan paradas respiratorias por colapso de las vías aéreas superiores mientras duermen. Como consecuencia de dichas paradas, se producen disminuciones del nivel de oxígeno en la sangre, así como despertares, que hacen que el sueño no sea reparador. “Todo ello provoca que estas personas tengan somnolencias durante el día, lo que afecta al rendimiento en el trabajo, aumenta el riesgo de quedarse dormido mientras se conduce, etc.”, explica Hueto. También causa problemas en el aparato circulatorio, “porque favorece la hipertensión, e incluso aumenta la incidencia de infartos e ictus”, añade el investigador.

En los casos de apnea del sueño de grado moderado a severo, el tratamiento estándar que se aplica a los pacientes es la CPAP (presión positiva continua en la vía aérea), que consiste en introducir aire a presión, a través de una mascarilla, para evitar que se produzca el colapso de la vía aérea y que, por consiguiente, haya paradas respiratorias. “Dependiendo del grado de gravedad del síndrome, hay que introducir el aire a mayor o menor presión”, declara el investigador.

Uno de los factores que se menciona con frecuencia como potencial factor de riesgo para padecer apnea del sueño es la resistencia nasal. Cuanto mayor es dicha resistencia, más dificulta el paso del aire por la nariz, debido, principalmente, a desviaciones del tabique nasal, obstrucciones, rinitis crónicas y otras afecciones. Jesús Antonio Hueto investigó la posible existencia de una correlación significativa entre el nivel de resistencia nasal y la presión necesaria en el tratamiento con CPAP, así como entre dicha presión y otro tipo de características anatómicas, estudiando a dos grupos de pacientes: unos que utilizan la CPAP con presiones más bien altas, y otros que la utilizan con presiones más bien bajas.

Correlación y fórmulas de predicción

Los resultados de su investigación confirmaron que las resistencias nasales eran significativamente mayores en los pacientes tratados con presiones de CPAP altas. “Aunque la obstrucción nasal y el flujo nasal disminuido son obstáculos obvios para el tratamiento con CPAP, hasta ahora no ha habido estudios que clarifiquen dicha relación”, comenta el investigador.

Otro parámetro que, según comprobó, tenía una correlación muy importante con la presión de CPAP necesaria en el tratamiento fue el índice de masa corporal, es decir, el grado de obesidad de las personas. “El índice de masa corporal es significativamente mayor en los pacientes con presiones de CPAP altas que en los que precisan presiones menores”.

Además de corroborar dichas correlaciones, Hueto obtuvo dos fórmulas de regresión (fórmulas matemáticas que permiten realizar predicciones y extrapolaciones de forma fiable). Una de ellas permite predecir la presión de CPAP que va a necesitar dicha persona (actualmente, la presión se determina realizando pruebas con los pacientes), teniendo en cuenta el valor del índice de masa corporal y la resistencia nasal. Asimismo, obtuvo otra fórmula que determina las probabilidades de necesitar una presión u otra, dependiendo de los valores de resistencia e índice de masa corporal.

“Puesto que el índice de masa corporal, junto con la resistencia nasal, es un factor fundamental en las fórmulas obtenidas, podemos afirmar que la reducción de la resistencia nasal y del peso contribuye a disminuir la presión de CPAP necesaria. La reducción de la resistencia nasal se consigue, en algunos casos concretos, mediante intervención quirúrgica. El objetivo final de dichas investigaciones es mejorar la tolerancia a la máquina de CPAP, puesto que las presiones menores son mejor toleradas por los pacientes, y por tanto, ayudan a no abandonar el tratamiento”, concluye Hueto.

(*) Jesús Antonio Hueto Prado es investigador del Departamento de Dermatología, Oftalmología y Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina y Odontología de la UPV/EHU en Vitoria-Gasteiz

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