En el marco de la transición energética, la necesidad de encontrar nuevas formas de generar energía limpia y descentralizada se vuelve más urgente. Mientras la energía solar fotovoltaica ha dominado los tejados, la eólica urbana comienza a destacar como una alternativa viable para aprovechar el viento en las ciudades.
La startup Roseo Eólica Urbana ha desarrollado una tecnología innovadora que transforma el viento urbano en electricidad de manera eficiente y sostenible. Este proyecto tuvo su origen en 2017 en la Escuela de Ingeniería de Éibar, donde se llevaron a cabo años de investigación en energías renovables. En 2020, la empresa fue fundada con el propósito de llevar la energía eólica al entorno urbano y convertirla en una fuente real de generación limpia.
Ariana Martín, CEO y cofundadora de Roseo, explica cómo su equipo identificó una oportunidad previamente ignorada: “Durante nuestra etapa de investigación, encontramos un recurso energético desaprovechado debido a las limitaciones técnicas y estructurales de los aerogeneradores convencionales”. La misión de Roseo es clara: acercar la energía eólica a las ciudades para promover un modelo de generación distribuida que reduzca la dependencia de la red eléctrica.
Innovación tecnológica para el aprovechamiento del viento urbano
Con esta visión, Roseo se propuso desarrollar tecnologías que integren la eólica en entornos urbanos sin alterar su arquitectura ni causar molestias acústicas. Así nacieron Rosbi y Anemoi, dos soluciones complementarias que permiten evaluar, aprovechar y gestionar el viento urbano como un recurso energético viable.
Anemoi es una herramienta que analiza el comportamiento del viento urbano considerando las características orográficas específicas. Su funcionamiento se basa en un método propio que combina sensores IoT, modelos estadísticos y simulaciones a microescala para ofrecer un diagnóstico preciso del potencial eólico en cada edificio o zona. “Anemoi aporta un valor añadido a la estrategia energética de cada cliente”, señala Martín.
Por su parte, Rosbi es un aerogenerador modular diseñado para integrarse directamente en cubiertas de edificios. Su diseño elimina la necesidad de mástil, minimiza el ruido y se adapta estéticamente al entorno. “Hemos desarrollado un sistema que incrementa hasta un 270% la velocidad del viento incidente, mejorando notablemente la eficiencia energética”, destaca la CEO.
De la investigación a la industrialización gracias al CDTI
El programa Neotec del CDTI Innovación, cofinanciado por los fondos europeos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), ha sido crucial para Roseo. Con este apoyo, están desarrollando un plan estratégico que les permitirá pasar de la fase de desarrollo tecnológico a una industrialización efectiva.
Ariana Martín subraya: “Gracias al apoyo del CDTI estamos consolidando un plan que nos permite dar el salto hacia la industrialización. Nuestro objetivo principal es avanzar en la certificación del aerogenerador Rosbi, estableciendo procesos sostenibles y escalables”. Además, Anemoi evolucionará hacia un modelo SaaS (Software as a Service), facilitando así su acceso global.
La creación de una red de socios industriales también está en marcha, lo que impulsará su crecimiento tanto en España como en otros mercados europeos. “Este plan sienta las bases para consolidar a Roseo como referente en energía eólica urbana”, afirma Martín.
Energía limpia con impacto social
No obstante, el enfoque de Roseo va más allá de lo tecnológico; busca generar un impacto positivo tanto ambiental como social. “Queremos que los edificios sean protagonistas activos en la transición energética sin perder su identidad arquitectónica”, asegura Martín.
Rosbi convierte espacios urbanos infrautilizados en puntos activos de generación renovable sin alterar el paisaje ni causar ruidos molestos. Cada proyecto no solo promueve energía limpia sino también empleo cualificado localmente, contribuyendo así a varios Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
A pesar del incipiente mercado eólico urbano y los retos culturales asociados, las oportunidades son significativas. Las políticas actuales favorecen iniciativas como estas, haciendo posible que la eólica urbana complemente a otras fuentes renovables como la fotovoltaica.
Proyecciones futuras: ciudades autosuficientes
De cara al futuro, Roseo tiene grandes aspiraciones: “Nos proyectamos como referentes europeos en energía eólica urbana”, concluye Ariana Martín. La compañía espera ver sus soluciones instaladas en edificios públicos y privados por todo Europa mientras Anemoi se consolida como plataforma digital global para análisis eólico.
El objetivo final es claro: demostrar que el viento urbano es un recurso valioso capaz de transformar nuestras ciudades hacia modelos más inteligentes y sostenibles.