Los resultados preliminares de su estudio muestran que un elevado porcentaje de personas experimenta síntomas intrusivos (alerta y angustia fisiológica) y reacciones de ansiedad. Con menos frecuencia, aunque también en porcentajes elevados, tienen problemas para dormir y síntomas depresivos. La sintomatología mencionada puede corresponder a un cuadro de estrés agudo. ‘Tener síntomas de este tipo ante acontecimientos traumáticos es completamente normal, y la mayoría de las personas dejarán de experimentarlos una vez concluya esta situación. Sin embargo, hemos observado que un alto porcentaje de personas se encuentran en niveles de riesgo. Los autores plantean que no se debe minimizar la importancia de estas reacciones iniciales, ya que estudios previos han documentado que los problemas psicológicos derivados de la cuarentena en otras epidemias perduran meses o años.
Lo adecuado en estas situaciones es realizar intervenciones tempranas para evitar que estos síntomas agudos evolucionen hacia problemas psicopatológicos posteriores», expone Alfredo Rodríguez Muñoz, uno de los autores de la investigación en curso.
Se trata del primer estudio que evalúa el estado de la salud mental de la población española durante el confinamiento por COVID-19. “A pesar de la emergencia médica que vivimos, no se debe ignorar la salud mental”, indican los autores. Esto cobra mayor relevancia si se tiene en cuenta que se ha ampliado el periodo de cuarentena, por lo que las consecuencias psicológicas podrían agravarse.