Sin embargo, nosotros no te podemos convencer de nada, sino tú mismo, con el uso y la experiencia en primera persona de este aparato. Y es que ese momento en la vida de miles y miles de personas que, cada año, descubren sus problemas auditivos, con mayor o menor gravedad, es un lapso complicado, sobre todo por el desconocimiento general que hay y el vértigo que se sufre a la hora de enfrentarse a este mal trago.
La pérdida auditiva, también conocida como hipoacusia, es algo habitual, normal, no hay que convertirlo en un tabú o en un complejo, sobre todo a edades tempranas, en las que puede ser más difícil de asimilarlo. De hecho, es algo que puede afectar también a bebés y a niños, siendo importante en todos los casos tanto la prevención como el correcto diagnóstico para que afecte lo menos posible en el desarrollo normal de la vida diaria.
En cuanto a los diferentes tipos de hipoacusias, podemos encontrarnos aquellas que solo afectan a un oído, a ambos, así como distinta reducción en la capacidad de oír dependiendo de cada persona; se suelen englobar en cuatro: unilateral, neurosensorial, conductiva, mixta y neurosensorial repentina. Siempre hay que acudir a profesionales en cuanto se reconozcan los primeros síntomas de pérdida auditiva, con el fin de que los tratamientos, que los hay y muy variados, frenen el problema para que no se vuelva del todo incapacitante, dando lugar por ejemplo a lo que comúnmente conocemos como acúfenos, con su consecuente falta de estabilidad.
Entre las causas más frecuentes de la pérdida auditiva se encuentra la relacionada con la edad o presbiacusia; algunos fármacos que pueden llegar a reducir la capacidad de oír; así como el Síndrome de Ménière, infecciones virales, traumatismos o pérdidas inducidas por el ruido (NIHL), entre otras. Siempre hay que intentar proteger los oídos precisamente de este último, del ruido, sobre todo cuando estamos expuestos a uno fuerte y continuo, además, siempre se debe de mantener una correcta higiene y, aunque en estos tiempos que corren no lo tomemos mucho en cuenta, reducir el estrés en la medida de lo posible.
Es aquí donde aparecen los que se van a convertir en nuestros mejores aliados: los audífonos. Y es que su uso, no solo mejora potencialmente la calidad de vida de los afectados por la pérdida auditiva, ya que en los últimos años se han hecho grandes avances en el desarrollo de este tipo de aparatos, que no solo son del todo efectivos, ya que se ha logrado superar esa barrera física que tanto preocupa, sobre todo a los más pequeños: que no se noten. Hoy en día, los modelos de audífonos invisibles son una realidad, con multitud de opciones, para que tu problema no se convierta como decíamos en un complejo, sino en algo natural y que, por supuesto, le puede pasar a cualquiera.
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